Por: Sergio Pérez Hernández
Me voy a ir yendo. Las perífrasis verbales son grupos formados por un verbo auxiliar y un verbo pleno (Puedo esperar; Empiezo a entenderlo; Tengo que salir). En ellas, el verbo auxiliar pierde parte de su significado. Esto permite que el verbo pleno y el verbo auxiliar puedan coincidir sin que por ello se creen situaciones de redundancia, como en Me voy a ir, con dos usos del verbo ir en la misma oración. Incluso podrían ser tres, como en la oración (propia de la lengua coloquial) Me voy a ir yendo, en la que se combinan las perífrasis «ir a + infinitivo» e «ir + gerundio» con el verbo pleno ir. Tampoco hay irregularidad alguna en Tienes que tener cuidado, que muestra dos apariciones consecutivas del verbo tener.
En sentido contrario, no hay tampoco irregularidad en expresiones como Acabo de empezar a trabajar, a pesar de que los dos verbos auxiliares son antónimos. Solo por razones estilísticas se recomienda evitar la repetición del mismo verbo en algunos de estos casos; así, se prefiere Acabo de terminar el trabajo a Acabo de acabar el trabajo.
Cuídateme. Además de sus complementos, los verbos pueden aparecer con otros pronombres que aportan significados expresivos. Así, son válidas expresiones como Cuídateme (donde me indica que el hablante se siente afectado por lo que le pase al oyente), Le escribió un poema (donde le indica para quién se escribió el poema) o Me han hecho una raya en el coche (donde me indica que el hablante resulta perjudicado por la acción del verbo). En otros casos, como Me duelen las manos, Te escuece la herida o Se le arrugó la camisa, el pronombre indica posesión.
Me comí las acelgas. El uso de pronombres sirve en otros casos para expresar la realización completa de algo (a menudo consumición real o figurada de alguna cosa), como en Me comí las acelgas; Es capaz de escribirse una novela en un mes; Me pinté la casa yo sola; Te bebiste tres cervezas; Se leyó el periódico de un tirón; Nos vimos toda la serie en tres días.
Espero (que) te sirva. En ciertos casos, suele omitirse que ante el complemento directo, sobre todo en la lengua escrita. Esta omisión se da cuando a que lo sigue un verbo en subjuntivo y va precedido por otro que expresa petición, mandato u otras formas de influencia, como en Le ruego (que) demore lo máximo posible la entrega; Le pidió (que) fuese devuelto; con verbos que expresan deseo o buena voluntad, como en Espero (que) te sirva; Deseo (que) te guste…, o en casos como Mucho le agradeceré (que) se presente usted lo antes posible; Es necesario (que) tengan presente que tardaremos unos meses… También es posible la omisión de que con verbos en indicativo, sobre todo tras pensar, creer, estar seguro y otras expresiones similares en casos como Lanzaron una amenaza que se pensó (que) sería inofensiva; Es una pregunta que estoy seguro (que) está en la mente de todos…