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Cumbre del G-77 y China: El inverso de Babel en La Habana

El inverso de Babel en La Habana

Por: César Gómez Chacón

La Cumbre del Grupo de los 77 y China, que sesionó en la capital cubana los días 15 y 16 de septiembre de 2023, fue el inverso de la historia bíblica de la Torre de Babel.

Hablando en sus diferentes idiomas, los 31 jefes de estado y de gobierno, los 12 vicepresidentes y otros importantes funcionarios de los 116 países presentes, así como altos representantes 12 organizaciones y agencias del sistema de Naciones Unidas, lejos de querer llegar al cielo, afincaron bien los pies en la tierra.

Reunidos de tú a tú en el Palacio de las Convenciones de La Habana, los más de 1 300 participantes en la Cumbre, que representaban a 33 naciones de América Latina y el Caribe, 46 de África, 34 de Asia y 3 de Europa, asumieron como suya la propuesta cubana a la magna cita, y centraron sus intervenciones en los “Retos actuales del desarrollo: Papel de la ciencia, la tecnología y la innovación”.

A 23 años desde la histórica Cumbre del Sur, en La Habana, y a 18 años desde la Segunda Cumbre del Sur, en Catar, la nueva cita del G-77 era ya “un evento necesario e impostergable”, aseguró un alto funcionario de la cancillería cubana.

El SOS lanzado unos días antes por el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres: “A menos que actuemos ahora, los Objetivos de desarrollo Sostenible podrían convertirse en un epitafio de un mundo que podría haber sido”, fue confirmado una y otra vez por los llamados en el plenario habanero, a que se construya –de una vez por todas- un sistema mundial donde prime el multilateralismo, y un orden internacional más justo y equitativo.

El propio Guterres afirmó durante su intervención algo que debería estar escrito a la entrada de la organización que dirige: “El mundo les está fallando a los países en desarrollo”.

Por su parte, al inaugurar el evento, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, afirmó con énfasis que después de “todo el tiempo que el Norte acomodó al mundo a sus intereses (…) ya toca al Sur cambiar las reglas del juego.”

En el ámbito del sistema multilateral, el mandatario cubano, en su condición de presidente pro-tempore del G-77 y China,  reconoció que “muchas instituciones mundiales actuales” reflejan “una época pasada” y destacó la necesidad de actualizar el Consejo de Seguridad de la ONU, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Enfatizó sobre el reclamo de “justicia financiera” y “medidas urgentes” que alivien a los países más pobres el pago de la deuda contraída por los efectos de la pandemia, la inflación global y el impacto de los fenómenos climáticos extremos.

Las palabras del principal anfitrión de la Cumbre fueron ratificadas a lo largo de dos jornadas en el plenario, durante un debate profundo, sustantivo y serio en el que se inscribieron más de 100 delegaciones.

Uno tras otro se sucedieron los llamados y reclamos de los principales estadistas de los países del Sur, que en el caso del G-77 y China representan el 80 por ciento de la población mundial y más de dos terceras partes de la membresía de las Naciones Unidas.

El agradecimiento a la mayor de las Antillas por su rol al frente del Grupo, y por la organización de la reunión, fue denominador común en las intervenciones en el plenario.

Tal y como prometieron los organizadores de la cita, todos los discursos fueron transmitidos minuto a minuto, en vivo y en directo, por los medios de prensa cubanos, un esfuerzo casi titánico para hacer que la voz de los más desfavorecidos de este mundo tuvieran un amplificador como pocas veces ha sucedido en otros eventos internacionales.

Más de 500 periodistas y comunicadores de unos 80 medios de todo el mundo fueron debidamente acreditados en la Cumbre y siguieron el trabajo de ésta, así como tuvieron acceso a las delegaciones y sus principales dirigentes.

La declaración final, nueva pauta de esperanza

En la última jornada del sábado 16, el director general de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional de la Cancillería cubana, Rodolfo Benítez, informó en conferencia de prensa la adopción por todas las delegaciones de la declaración política de la Cumbre del Grupo de los 77 y China, un texto aprobado por aclamación y que fue resultado de un amplio, transparente e inclusivo proceso de negociación intergubernamental, en los meses, semanas y días precedentes al encuentro y durante este.

Tal es el caso de un párrafo añadido en La Habana, que expresa la solidaridad del G-77 y China con Marruecos y Libia ante las pérdidas de vidas y materiales debido a la devastación ocasionada por desastres naturales en días pasados.

En la declaración sobresalen los principales desafíos generados por el actual orden económico internacional y la urgente necesidad de una reforma integral de la arquitectura financiera global, con un enfoque más inclusivo y coordinado en la gobernanza financiera mundial.

Igualmente los países del Sur y el gigante asiático insisten en el rechazo a la imposición de leyes y regulaciones extraterritoriales y todas las demás formas de medidas económicas coercitivas, incluidas las sanciones unilaterales contra los países en desarrollo, y subraya la urgente necesidad de eliminarlas inmediatamente.

Con beneplácito fue también aprobada por aclamación y adoptada una declaración separada, que acoge la voluntad expresada por el Gobierno de México de reanudar su participación en las actividades del Grupo de los 77 y China.

Benítez cerró sus palabras al calificar “como una cumbre austera, sin lujos ni derroches de ningún tipo, organizada con los recursos mínimos necesarios, debido a las serias limitaciones financieras y de recursos materiales como consecuencia del recrudecimiento sin precedentes del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba.”

Sin embargo –recalcó el diplomático cubano–, “podemos decir que ha sido una cita muy productiva”.

En La Habana no se trató de construir una torre para llegar al cielo. Se amoldaron nuevamente los cimientos que permitan sostener lo que aún nos va quedando de planeta.

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