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Un mal persistente: el racismo

Por: Valia Marquínez Sam

¿Sabía que alrededor de 200 millones de las personas que se identifican como afrodescendientes, viven en las Américas y que muchos millones más están asentadas en otras partes del mundo, fuera del continente africano?

Así es, y lo temible es la oleada de racismo, discriminación y xenofobia que parece no tener fin en el mundo y provoca la segregación de esas personas.

Desafortunadamente, el fin del apartheid de Sudáfrica no puso fin al examen del racismo por parte de las Naciones Unidas, pero ¿cuál ha sido el papel de la ONU en la lucha contra el racismo y la discriminación racial?

  • Desde 1945, la ONU ha librado una batalla contra el racismo y la discriminación racial
  • 26 de octubre de 1966, proclamó el 21 de marzo como Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial
  • 1973 – 1983 Primer Decenio de la Lucha contra el Racismo y la Discriminación Racial
  • 30 de noviembre de 1973, la Asamblea tipificó como delito el apartheid
  • 1983 – 1993 Segundo Decenio de la Lucha contra el Racismo y la Discriminación Racial
  • 1994 – La eliminación del apartheid se retiró del programa de la Asamblea General, en el que había figurado desde 1946.
  • 2001 – Tercera Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia en Durban.
  • 1993 – 2003 Tercer Decenio de la Lucha contra el Racismo y la Discriminación Racial
  • 2015 – 2024 Decenio Internacional de los Afrodescendientes
  • 18 de febrero 2021 – Reunión ministerial virtual de la ONU contra el Racismo, la Discriminación y la xenofobia

Son algunos de los momentos más significativos que pautan el papel de la ONU, organización que, en virtud de la Declaración y el Programa de Durban, propició que los Estados se comprometieran a luchar contra esas formas de racismo y reconocieran también a la esclavitud y a la trata de esclavos como delitos de lesa humanidad y que fomentan el racismo.

Sin embargo, vivimos el fin del Decenio Internacional de los Afrodescendientes, y la discriminación racial y las secuelas de la esclavitud y el colonialismo, como ha publicado la propia ONU, siguen destruyendo vidas y mermando oportunidades, impidiendo que miles de millones de personas disfruten plenamente de sus derechos humanos y libertades.

Durante su intervención en la ya referida Reunión Ministerial de 2021 sobre la Eliminación del racismo, la xenofobia y la discriminación, el canciller cubano Bruno Rodríguez refirió que “los objetivos trazados en el Plan y Programa de Acción de Durban aún están por cumplirse”.

El jefe de la cancillería cubana expresó entonces que, en el mundo, “se utilizan las redes sociales digitales y otras formas de comunicación como plataformas para promoverlo” También significó que “algunos partidos políticos y sus líderes”, difunden un discurso de odio que culpa de los males de la sociedad a aquellos que etiquetan como “los otros”.

Rodríguez Parrilla no soslayó la realidad cubana que aún con sus avances y resultados en la lucha contra este flagelo mundial, muestra que hay mucho por hacer. La Revolución fue un golpe a las bases estructurales del racismo y de la discriminación racial institucionalizada, sin embargo, como reconocen las propias autoridades, el fenómeno es muy complejo pues está unido a patrones socioculturales.

Cuba y sus desafíos contra el racismo y la discriminación racial

Un pueblo como el cubano, constituido por distintas etnias, busca desterrar de la sociedad los vestigios discriminatorios por el color de la piel y origen étnico. En su lugar, promueve el legado cultural africano en la nación antillana.

La Habana – República Neocolonial 

Cuba ha trabajado fuerte y como estipula el artículo 42 de la Constitución de la República:

(…) todas las personas son iguales ante la ley y gozan de los mismos derechos, libertades y oportunidades, sin ninguna discriminación (…)

A los programas sociales en favor de todos sumó en noviembre de 2019 el Plan Nacional contra el racismo y la discriminación racial, que tuvo su antecedente en la Comisión Aponte, un grupo de trabajo permanente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

Desde octubre de 2023, cuenta también con el Observatorio Social Color Cubano con sede en el habanero Centro Cultural Quintín Bandera al que llegó Cubavisión Internacional.

El racismo, una colonización cultural

La otrora casa del matrimonio del General de las tres guerras de independencia en Cuba, José Quintino Bandera Betancourt, y Virginia Zuasnábar, cita en el emblemático barrio de Jesús María en la Habana Vieja, es hoy el Centro Cultural Quintín Bandera.

Por los valores históricos y patrimoniales del inmueble que fuera la última morada del héroe mambí y las características sociodemográficas de esa barriada capitalina, el sitio acoge también desde octubre de 2023 la sede del Observatorio Social Color Cubano, que al decir del investigador, escritor y profesor Rolando Julio Rensoli, constituye “una herramienta del Programa Nacional contra el racismo y la discriminación racial” y “un ente vivo” por su interacción con la comunidad.

Centro Cultural Quintín Bandera / Foto: cortesía de la autora

Aclara Rensoli que “no es que de pronto el gobierno revolucionario ha tenido la voluntad política de resolver el problema, sino que ya existía, pero que su última manera de manifestarse es este Programa creado hace cuatro años e integrado por 11 subprogramas que abarcan múltiples esferas de la economía y la sociedad”.

Cuba siempre se ha pronunciado por resolver lastres sociales de siglos como el racismo que al decir del especialista “es una inferiorización en el orden estético, en el orden intelectual, inclusive en el orden de otras capacidades, nada justificado desde la ciencia, pero existe”.

“Las encomiendas de los aborígenes se abolieron muy temprano, en 1553, pero la esclavitud de los africanos esclavizados aquí y de los asiáticos se abolió tardíamente, en 1886. Cuba fue el penúltimo país, solamente superado por Brasil, en abolir esa esclavitud “coloreada” y eso es un tiempo muy reciente” asegura el experto.

“La esclavitud, fue la herencia de una República fundada en 1902 que no quiso resolver el problema del racismo, sino que lo agravó en las nuevas condiciones y lo trasmitió también la Revolución, a partir del 1ro de enero 1959”.

Profesor Rolando Julio Rensoli / Foto: cortesía de la autora

En la actualidad, el Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial, ha definido para Cuba una proyección en el abordaje de este problema social, un mecanismo de sinergia entre el Estado y la sociedad civil que refleja el observatorio color cubano, con un carácter también científico.

A partir del diagnóstico inicial del programa y los diagnósticos de los subprogramas, se ve cómo se avanza cuali- cuantitativamente y se maneja la información para poder desarrollar más políticas públicas en el país.

Refiriéndose al Observatorio Color Cubano explicó cómo, a través de él, se conoce el funcionamiento de los planes territoriales contra el racismo y la discriminación racial y destacó la creación de un sitio web propio “que permite transparentar la información”.

Interior del Centro Cultural Quintín Bandera / Foto: cortesía de la autora

Con una mirada nacional el Observatorio monitorea, además,  la puesta en marcha del Programa que defiende el concepto de “color cubano” como definiera el poeta nacional Nicolás Guillén a ese arcoíris que hace único al pueblo de Cuba.

“En una primera etapa del 2019 al 2021, el Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial tenía un enfoque correctivo y de reconocimiento, pero a partir del 15 de septiembre del 2021, con la aprobación del enfoque integral afirmativo; se trabaja en los subprogramas con acciones afirmativas para tratar de resolver el problema.

Al ser incluido en el Macroprograma de Desarrollo Humano, Equidad y Justicia Social interactúa con el programa de descolonización cultural -porque el racismo es una colonización cultural- y con otros programas implícitos en el Plan Nacional de Desarrollo hacia el 2030. El Programa ha tenido sus logros, pero también tiene muchísimos retos por resolver”.

Restan menos de seis años para que llegue a su fin la promesa mundial de no dejar a nadie atrás, compromiso que incluye también eliminar el racismo sistémico y que es fundamental para lograr un mundo de derechos universales y de opciones para todas las personas.

Cuba, por su parte, seguirá haciendo suya la premisa del Héroe Nacional José Martí cuando sentenció: “no hay odio de raza, porque no hay razas”.

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