Por: Alicia Cascaret
El 15 de mayo de 1948 se produjo uno de los hechos más deleznables en la historia de la humanidad, cuyas consecuencias las sigue sufriendo un pueblo entero hasta la actualidad.
Ese día las fuerzas judío-sionistas del Estado de Israel, proclamado exactamente el día anterior, bombardearon y sacaron a mano armada de sus casas, tierras y propiedades a la población palestina que resultó confinada a la actual Franja de Gaza y la región de Cisjordania.
Esta barbarie sionista, esta acción de limpieza étnica que prosigue hasta hoy es recordada por el pueblo palestino como La Nakba, término árabe que significa LA CATÁSTROFE.
Para abordar este tema el periodista Mundo 20/20 contactó con su colega de Prensa Latina y corresponsal jefe en Beirut, Yodeni Masó Águila, quien desde uno de los estudios principales del canal panárabe Al Mayadeen, en su sede central, conversó con el comunicador popular, militante político del Movimiento amplio de izquierda de Rosario, Lisandro Brusco. .
Masó dialogó con Brusco sobre su experiencia en Cisjordania, los territorios ocupados del 48, sobre todo sobre la necesidad de defender los derechos y la libertad de los palestinos y sus motivaciones.
Brusco apuntó: “Mi historia de militancia y de activismo político y social estuvo vinculada desde siempre con los derechos humanos en Argentina, en el mundo. Y como militante internacionalista, como era el propio Che Guevara, uno se vinculó a la lucha del pueblo palestino, porque nos parece que para construir otro tipo de mundo, una sociedad distinta, antagónica a los valores que impone hoy el capitalismo a escala global, es necesario hacer la revolución en todos los territorios, como hizo la Revolución Cubana, la Revolución Sandinista y distintas revoluciones que se dieron en nuestro territorio, es necesario expandir esa lucha y que sea continental y mundial. Y uno se fue involucrando a la causa del pueblo palestino como una lucha por los derechos humanos internacionales, pero también como una lucha por la emancipación y la humanidad”.
El corresponsal de Prensa Latina en Beirut recordó que durante todo este mes de mayo se cumplen 75 años de la Nakba, ese desplazamiento forzado contra la población palestina y se interesó por conocer la opinión de Brusco sobre los sucesos, su impacto y las huellas de esos hechos en la población.
Para el comunicador popular, la Nakba fue “el desenlace de una avanzada del sionismo en el territorio palestino y fue la culminación de esa primera iniciativa que tuvo el sionismo, ese sueño sionista que tuvo de construir un estado judío en territorio palestino”.
Añadió que la Nakba conllevó a la expulsión de casi un millón de palestinas y palestinos, la matanza de 12 000 de ellos y la destrucción de más de 600 poblados en territorios palestinos. En su opinión la Nakba continúa, “de la misma manera que la masacre sobre el pueblo palestino comenzó cuando se ideó este plan sionista a fines del siglo XIX y que se puso en marcha, no solamente con el mandato, con la colonización británica en Palestina, sino que también antes del sultanato otomano, hoy todavía la Nakba y la catástrofe sobre el pueblo palestino continúa.”
“Hoy se manifiesta en seis millones de palestinas y palestinos en la diáspora, en palestinos que viven en campos de refugiados, en el propio terreno palestino, y también se manifiesta en los constantes ataques que sufre la población palestina en lo que se denomina la franja de Gaza. Esta cárcel, asilo abierto más grande del mundo, en donde dos millones de palestinos permanentemente son asediados, no solamente a través de los ataques por parte de la ocupación sionista, sino también a través del bloqueo económico y de la contaminación de sus aguas, del impedimento de poder trabajar y de tener una salud digna”.
“Por eso nosotros decimos, añadió el comunicador argentino, que la Nakba continúa. La historia reciente y todo lo que viene sucediendo desde 1948 hasta nuestros días en el territorio ocupado. Es una continuidad de una limpieza étnica, de una masacre y de una idea de exterminar al pueblo palestino para realmente constituir un Estado que es el sionista, que es realmente lo que hoy también existe, subrayó Brusco.
El militante político del Movimiento Amplio de Izquierda Rosario contó para Mundo 20/20 sus experiencias en Cisjordania haciendo una labor de contrainformación, de guerrilla comunicacional, para romper el cerco mediático que existe hoy a la hora de poder visibilizar lo que pasa en territorio ocupado.
“Cuando uno está en ese territorio, se da cuenta de la magnitud de lo que significa la ocupación para los palestinos y palestinas en la vida cotidiana”.
El también investigador del tema recordó el impacto de los Acuerdos de Oslo, en la década del 90, donde se empezó a gestar lo que se constituyó como autoridad palestina y la ocupación sionista, que comenzó en el 91 y pasó por Oslo. Pero a la vez como el desenlace fue la partición aún más de la Palestina. Y explicó cómo se manifiesta en lo que hoy se conoce como zonas A, B y C, Cisjordania dividida en estas tres áreas, una zona A, que es administrada civilmente y en seguridad por la autoridad palestina, una zona B que es administrada civilmente por la autoridad palestina pero militarmente por la ocupación sionista y una zona C, la mayor parte de Cisjordania, administrada civilmente y militarmente por la ocupación sionista.
“Cisjordania es una zona totalmente fragmentada en donde los palestinos no pueden transitar tranquilamente de una ciudad a otra sin pasar a través de de estos puestos de control sionistas de la ocupación”.
En Mundo 20/20 se recordó además que Palestina es un territorio estratégico, anclada en el Medio Oriente, siendo una zona en donde la circulación de la mercancía para el mundo entero es importante.
“Por eso ven también la necesidad de desestabilizar los gobiernos como el de Siria o Irán. Eso es importante para Occidente, en este caso para Estados Unidos tener un enclave que controle la región. Israel hoy cumple esa función, es una base militar del imperialismo en Medio Oriente en donde justamente juega a favor de los intereses de Estados Unidos.”
“Es importante para la lucha de los pueblos a nivel mundial porque la liberación de Palestina supondría una nueva liberación de un pueblo y también es un golpe a lo que es el imperialismo yanqui en la región. Hay que hacer un llamado justamente a los pueblos, porque son los pueblos los que llevarán esa lucha a cabo y no los gobiernos”
Y subrayó: “Nosotros tenemos que dar ese apoyo a esa resistencia, porque es la misma resistencia y tiene los mismos valores y atributos que tenían en los 70, en los 60, las guerrillas que comandaba el comandante Che Guevara, como también la Revolución Cubana. En ese sentido, es importante dar esa solidaridad y no sentirse ajenos o hacer como hace Occidente y Europa, que criminaliza el legítimo derecho que tiene el pueblo palestino, que es a defenderse mediante las herramientas que sean necesarias contra una ocupación, porque es un derecho legítimo que tienen los pueblos”.
El corresponsal jefe de Prensa Latina en Beirut le preguntó a Brusco cuánto puede ese sentimiento patrio del retorno sanar la herida de años de desalojo y desplazamiento para todos aquellos palestinos que están hoy fuera de su tierra.
Y esta fue la respuesta del invitado al programa Mundo 20/20:
“Realmente sanará en un 100 por ciento cuando los palestinos y las palestinas puedan retornar a su territorio que es un anhelo que lo tienen desde 1948, y tal vez algunos antes, que se manifiesta y se ve a través de los palestinos y palestinas que fueron expulsados de sus territorios y de sus casas, es decir, que uno ve en las imágenes que se llevan la llave, se llevaban la llave de su casa porque deseaban y anhelaban retornar a ese territorio, a ese hogar que habían construido milenariamente. En ese sentido van a sanar no solamente porque volverán a su tierra, sino también porque tendrán el legítimo derecho de poder construir su patria a su forma, no a los patrones que muchas veces desde Occidente decimos que tienen que ser los correctos. Ellos van a poder construir y sanar a partir de su retorno y de su liberación, no solamente con el retorno de los 6 000 000 de palestinos y palestinas de la diáspora sino también cuando se vaya esta ocupación, es decir, cuando los colonos que han ocupado el territorio palestino vuelvan a sus países de origen. Ahí si van a poder sanar y poder ser libres en el sentido de elegir y de tener soberanía política, económica, alimentaria, que puedan elegir qué tipo de sociedad van a construir desde las comunidades más mínimas también hasta qué sistema de gobierno”.