Por Norland Rosendo
Veintinueve años después de haber tocado el cielo del béisbol cubano con el nombre de Henequeneros, el conjunto de Matanzas alza, ¡al fin!, la corona en el mismo estadio donde había sucedido el milagro por última vez en el milenio pasado.
Luego de siete podios seguidos en la era de los Víctor (Mesa y Figueroa) sin llegar a la cima, asumió las riendas del conjunto uno de los hombres que integró el cuerpo técnico de aquellos Rojos de Gerardo Sile Junco para que se quebrara el maleficio de no poder ganar el juego bueno y darle a la afición matancera la oportunidad de soltar ese grito contenido durante tanto tiempo: ¡¡¡¡Sí…, campeones….!!!! (En los puntos suspensivos póngale las palabras que quiera, por única vez, tiene esa licencia).
Armando Ferrer, coach de Sile en aquel lejano 1991, puso fin a la larga espera con una virtud en su estrategia de dirección: supo manejar varios egos sin que las notas de un ex Grandes Ligas, un MVP de la Serie de Japón, y el joven con más talento de los que juegan en Cuba, desentonaran con las de otros con menos linaje, pero útiles también. Ferrer debuta a lo grande como mánager, es el timonel 12 que se corona en su primer año y lo hace con otro récord cubano: cogió un equipo que había sido último lugar en la serie pasada y lo llevó a la cúspide en la siguiente.
Aunque no es la primera vez que Ferrer gana un título nacional, pues en el sexto torneo de clubes campeones cubanos (1997) fue campeón con el equipo del municipio de Matanzas, según el archivo de nuestro estadístico Benigno Daquinta Rico.
En un Cándido González abarrotado desde horas tempranas de este sábado, los Cocodrilos salieron impetuosos ante los pitcheos del mismo muchachón que les cortó el resuello el jueves en el pantano: Yosimar Cousín.
César Prieto sacudió en su primer turno al bate su segundo palo de vuelta entera en la final, ambos por la banda izquierda, y el rey de los jonrones en la temporada, Erisbel Arruebarrena, disparó el suyo en la apertura del segundo capítulo para vengarse de aquel ponche, en el noveno del juego cinco, que estiró el dual meet por el cetro.
De torear con maestría al lineup de Camagüey se encargó Noelvis Entenza, cuya apertura de calidad concluyó en el séptimo, después que sus compañeros le habían dado una ventaja de ocho carreras. Para entonces, ya por el montículo de los Toros habían pasado Cousín y Yariel Rodríguez, y los Cocodrilos se paseaban a su antojo por la llanura mordiendo el oro que les había sido esquivo tantas veces.
El ataque de los Cocodrilos, contenido durante los cinco partidos anteriores, se desbordó ayer ante el mejor pitcheo del campeonato. Además de los bambinazos de César y el Grillo, Javier Camero, Yasiel Santoya y Eduardo Blanco empujaron dos carreras cada uno. En el sexto episodio, justo cuando se oscurecieron las esperanzas de Camagüey, se encendieron las luces del Cándido González, por última vez esta temporada.
Las palmas también para Miguel Borroto que del puesto 14, guió al conjunto hasta el segundo escaño y trajo además, por primera vez en su historia, un Juego de Estrellas a este parque, como premio al paso de los Toros durante la primera etapa del campeonato.
El lanzador espirituano Yamichel Pérez, refuerzo de los yumurinos, resultó el MVP de la postemporada.
Y si no resultó un día totalmente feliz para el béisbol cubano, luego de concluir una postemporada intensa, con rivalidad entre los cuatro equipos y un público delirante y respetuoso, es por la muerte de un hombre que cuando haya un Salón de la Fama para nuestro deporte nacional merece un puesto con votación unánime: Ismael Sené, fallecido este sábado en horas de la mañana en La Habana.
Se fue un sabio del béisbol, un hombre que bombeaba jonrones de pasión por este deporte. Que el título de Matanzas sea, también, un homenaje a Sené.
Protagonistas al bate
César Prieto: Es algo muy lindo, una fiesta, el año pasado obtuve la plata con Villa Clara, y ahora soy campeón, solo me falta ganar con Cienfuegos. Una parte de mi sueño ya se cumplió.
Yurisbel Gracial: Esto es para nuestra familia, eslabón fundamental. En este momento ellos están muy felices. Este resultado tiene que ver también con lo hecho por Víctor Mesa, que hizo un gran trabajo con el equipo. Es el fruto del trabajo de todos.
Este era nuestro objetivo, ser campeones nacionales. Jugar sueltos, disfrutar. Soy feliz por los dos títulos, por el de Japón y por este, pero sin dudas, siento más satisfacción con este.
«Intentaré estar en el preolímpico. Jugué los play off con una lesión en el dedo meñique de la mano derecha. A lo mejor tengo que ponerme un yeso, pero intentaré estar listo».
Armando Ferrer (mentor): Acudimos a las estadísticas y Entenza era el pitcher idóneo para hoy (ayer). Muy buena final. Tengo que felicitar a Camagüey. Yo voy a dirigir hasta que tenga salud. Le dedico también este triunfo a Sile Junco. En el año 91 era un coach y disfruté el triunfo muchísimo, pero este tiene un sabor especial, ya cumplí con la provincia.
«Fuimos a los comodines contra Sancti Spíritus y el equipo se creció. Ahora igual confié en Arruebarrena, a quién los medios y los fanáticos me pedían que lo sentara y mira, respondió. Tengo que agradecer el apoyo de los atletas de otras provincias, que ayudaron con el team work».
Dainier Gálvez (primer campeón de la Isla de la Juventud después de la división político-administrativa de 1976): Estoy muy contento. Agradezco a la dirección del equipo por acogerme con tanto cariño, por la confianza. Le dedico el triunfo a mi familia y a Matanzas. Me siento muy orgulloso de este triunfo.
Noelvis Entenza: Este es el día más importante de mi vida. En el año 2017 eliminé a Matanzas en el sexto juego. El viernes, cerca de la medianoche, me dijeron que iba a lanzar. En el juego estaba tranquilo, muy enfocado. A mí me encantan estos momentos. No le podía fallar al pueblo de Matanzas, tampoco podía fallarle a mi familia, ni a mi padre, que está ciego. Además, mi tía sufrió una isquemia, hace días, que le paralizó parte del cuerpo. Yo tuve que ir, estar solo un momento con ella y regresar, porque tenía que hacer a Matanzas campeón.
«Si Matanzas me quiere el año próximo aquí estaré. Yo siempre he dicho que soy un guerrero y los guerreros se quedan donde los necesitan. A todos aquellos que no me quisieron, les digo muchas gracias, porque me llevaron al camino para ser campeón nacional».
Yasiel Santoya: Este es el trabajo de muchos años. Hacer esto con un equipo que ha sufrido una gran renovación, que ha cambiado a muchos hombres, es muy difícil. Y se ha logrado. Se ha visto el cambio en el terreno, se ha notado la felicidad con la que hemos jugado todos estos partidos y al final pudimos ganar el campeonato. El pueblo matancero nos está siguiendo desde hace muchos años y ellos se merecen este triunfo, porque siempre han estado a nuestro lado.
José Ramírez (cargabates, natural de Camagüey): Es un gran espectáculo, nunca imaginé que iba a ser campeón nacional frente al equipo con el cual fui cargabates anteriormente. Ahora siento como matancero, una provincia que me ha acogido bien. Si un día los Cocodrilos no están en la final y Camagüey me pide, vuelvo a servirles.
Preselección cubana para el Preolímpico de Arizona
Receptores (5): Ariel Martínez, Yunior Ibarra, Frank Camilo Morejón, Yosvany Alarcón y Yendry Téllez. Jugadores de cuadro (11): Yordanis Samón, Bárbaro Erisbel Arruebarrena, Raúl González, César Prieto, Yurisbel Gracial, Dayán García, Edilse Silva, Pavel Quesada, Jeferson Delgado, Alexander Ayala, Leslie Anderson Jardineros (5): Yoelkis Guibert, Roel Santos, Alberto Calderón, Frederich Cepeda y Alfredo Despaigne. Lanzadores (15): Carlos Juan Viera, Yosimar Cousin, Yariel Rodríguez, Frank Luis Medina, Yoanni Yera, Lázaro Blanco, Freddy Asiel Álvarez, Yudiel Rodríguez, Liván Moinelo, Raidel Martínez, Ángel Sánchez, Andy Rodríguez, Yamichel Pérez, Bryan Chi y Miguel Lahera. Colectivo técnico: Miguel Borroto, José Hernández, Pedro Luis Lazo, Raciel Sánchez y Alexander Ramos.