Con el título Cuba Trending Topic: ¿qué pasó? comenzó este martes el ciclo de encuentros virtuales Cuba en la hora actual, que bajo el auspicio de la Casa de las Américas, la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), la Uneac, la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba, la Red en Defensa de la Humanidad, el Centro Memorial Martin Luther King Jr. y Resumen Latinoamericano, se abrió como un espacio de diálogo para analizar el momento que vive hoy la Revolución Cubana.
El debate se centró en la guerra en el ciberespacio y en cómo esta ha sido una herramienta fundamental en las acciones subversivas del 11 y 12 de julio.
Rosa Miriam Elizalde, vicepresidenta primera de la UPEC, rememoró la Operación Verdad que, en enero de 1959, desmontó la campaña de difamación contra el triunfante Gobierno cubano, y que es evidencia de cómo «desde el día uno de la Revolución, este país enfrentó calumnias y fake news» provenientes de la administración estadounidense, un proceso que, en palabras de la periodista, durante seis décadas solo ha cambiado de época.
«Ahora la guerra tecnológica comunicacional es la primera arma del imperialismo», dijo, y se refirió al reacomodo táctico de Estados Unidos para derrocar a nuestro Gobierno.
«Desde 2017 hemos sido atacados por dos modelos de maquinaria de intoxicación que pretende deslegitimar la Revolución», amplió. El primero es la emergencia de medios de prensa privados que tienen un gran peso en la construcción de públicos de centroderecha y que sobredimensiona los valores profesionales periodísticos, y el otro lo constituyen los sitios que han sido diseñados para llegar al público directamente a través de las redes sociales. «La idea es fragmentar a la población, lo cual dialoga con los problemas de comunicación que tenemos en el país, atrapado en prácticas analógicas».
Elizalde describió el contexto en que sucedieron los disturbios: grandes flujos que se movilizan tras el grito de la derecha transnacional de ¡Abajo el comunismo!, en la disputa por captar la atención se da una batalla muy fuerte entre lo visible y lo imaginable, surge una nueva arquitectura mediática que modela los escenarios políticos, y ocurre un enorme flujo de fake news que, en el caso de Cuba, es una gran guerra contra la población.
«El 11 de julio no comenzó ese día, sino mucho antes, en febrero de 2020. La maquinaria tóxica se enfocó en acabar con el comunismo y la expresión extrema de la campaña Crisis en Cuba se ve en los titulares de esos medios surgidos desde 2020. Es por ello que ahora estamos en una segunda Operación Verdad», observó.
Por su parte, el chileno Pedro Santander Molina, profesor de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, dijo que estamos ante un nuevo tipo de invasión más semiótica, cultural. «Cuba está bajo un ataque permanente, pero en un escenario asimétrico». Para enfrentarlo, explicó, es necesario centrarse en dos elementos cruciales que quedaron claros en el 8vo. Congreso del pcc: la economía y la comunicación.
El catedrático calificó lo vivido en la Isla como un «Playa Girón 2.0, que se enmarca en la guerra de cuarta generación y que se apoya en la cuarta revolución industrial.
«El teatro operacional de esa batalla es la sociedad civil, pues lo que atacan no es más que la moral ciudadana y la mente de la audiencia. Su objetivo es socavar por dentro el estado de ánimo y, como artillería, usan bombas de desaliento. Es un combate veloz, digital, de amplio alcance, falso, pero verosímil».
Santander Molina argumentó que Cuba es «un laboratorio de ataque comunicacional dentro de la guerra cultural, y debemos prepararnos, para lo cual tenemos que empezar a construir un laboratorio de respuesta».
La respuesta del campo revolucionario, enfatizó, ha centrado su acción en pasar de la consternación pasiva a la construcción activa mediante un debate multiplataforma permanente sobre los acontecimientos, de lo analógico a lo digital, de lo textual a lo visual. Sin embargo, instó a que es esencial construir una agenda propia en los medios cubanos, preparar al pueblo en este flanco de ataque, y tener una actuación sistémica donde la defensa comunicacional sea prioridad.
José Ernesto Nováez, coordinador del Capítulo Cubano de la Red en Defensa de la Humanidad, y rector de la Universidad de las Artes, manifestó que con los disturbios se evidencia la inmensa capacidad de subversión de las redes sociales como herramienta del imperialismo en Cuba, así como la complejidad interna de nuestra sociedad.
«Van a intentar convocar a otro 11 de julio, en su afán de conectar a algunos sectores de la población con herederos de la burguesía anterior a 1959, para lo cual apelarán constantemente a valores abstractos que parecen decir mucho, pero que en la práctica no se comprometen con un proyecto político concreto».
La profesora de la Universidad de Glasgow, en Reino Unido, Helen Yaffe, quien ha vivido en nuestro país y estaba en la Isla cuando ocurrieron las acciones de desestabilización, valoró que esos sucesos tienen como finalidad crear desinformación para dar una visión negativa de Cuba y ofrecer información a la cia y al gobierno estadounidense para la planificación de acciones futuras contra la nación caribeña.
«El bloqueo es un acto de guerra, es una violación de los derechos humanos de los cubanos y de todos los ciudadanos del mundo (…). Es indignante la hipocresía del Presidente de Estados Unidos, al llamar a Cuba “un estado fallido”, cuando él mismo casi no puede arribar al poder debido a un intento de golpe de Estado».
La profesora hizo dos interrogantes con las que hace un llamamiento a todos los pueblos del mundo: «¿Cómo podemos hacer para que nuestros propios gobiernos se nieguen a ser cómplices del gobierno de Estados Unidos? ¿Qué podemos hacer internacionalmente para que Estados Unidos deje de agredir a Cuba?».
La intervención del intelectual español Txema Sánchez, conductor del canal antimperialista TECS Tertulias en Cuarentena, se centró en el profesionalismo de los medios de prensa a la hora de informar o desinformar a las masas, intenciones que se ven apoyadas por las redes sociales, «una herramienta capitalista que, desde la guerrilla comunicacional de izquierda, podemos utilizar para difundir la verdad y combatir el desaliento con creatividad, y reaccionar ante las batallas en el plano de la comunicación», insistió.
Luego, tras analizar las muertes por cada cien mil habitantes en la Mayor de las Antillas, de acuerdo con datos de la Johns Hopkins University, en los que compara la situación en Brasil, Estados Unidos, China, Colombia y otras naciones, el intelectual español remarcó que Cuba es un ejemplo para el mundo, a pesar de la crisis a causa de la COVID-19 y de los ataques constantes del imperialismo.
«En la Florida hay seis veces más muertes que en Cuba, por eso desde aquí lanzo un S.O.S. Miami (…). Cuba no solo exporta médicos y solidaridad, sino también ejemplo», concluyó.
De igual forma, la artista de la plástica Lesbia Vent Dumois, la directora del Coro Nacional de Cuba, Digna Guerra, y el etnólogo y escritor Miguel Barnet enviaron mensajes virtuales a los participantes en el encuentro Cuba en la hora actual, donde reafirmaron que «hay que saber que entregarlo todo no es una consiga, es un hecho», y que a «lo que no podemos llegar nunca es al neoliberalismo ni al capitalismo salvaje».
A través de los canales de YouTube y Facebook de las organizaciones que promueven ese debate, se transmitió este primer encuentro, que contó con la presencia de Abel Prieto, presidente de Casa de las Américas, y Ricardo Roquillo, presidente de la UPEC.