Por: Alicia Cascaret Crombet
Admirado por sus hazañas en las pistas y considerado el mejor de la historia en salto de altura, Javier Sotomayor es el invitado de honor en el programa Entrevista de Cubavisión Internacional.
Su entrevistador el periodista de la sección de deporte Duanys Hernández quien nos lleva de la mano para desentrañar la vida de Sotomayor con sus alegrías y sus momentos de frustración.
Sotomayor, oriundo de Limonar, municipio ubicado en la occidental provincia de Matanzas cuenta sobre su incursión en el deporte y cómo estuvo motivado por la gran admiración hacia Alberto Juantorena, Silvio Leonard, Alejandro Casañas y Teófilo Stevenson entre otros.
“Ya con 8 ó 10 años me gustaba correr mucho, me incliné hacia el atletismo”. Confiesa que el salto de altura era el que menos le gustaba. “Le tenía miedo. El salto de altura fue una motivación de mi propio resultado”.
El destacado atleta hace un recuento de sus inicios y recuerda a sus entrenadores como Carmelo Benítez y su participación en campeonatos escolares en las diferentes categorías: municipales y provinciales.
Paradójicamente a lo que pensaba el joven atleta en aquellos momentos, fue captado para salto alto. Sus abuelos y padres lo convencieron para incursionar en esa disciplina. “Nunca pensé que podría ser un gran saltador”.
Ya en La Habana con José Godoy, su entrenador, fue obteniendo buenos resultados cada mes. A los 16 años logra saltar 2.33 metros. “Esa fue la marca que me catapultó al mundo y me puso entre los mejores saltadores del mundo”, resalta.
Recordó cuando alcanzó los 2.45 metros y aseguró: “estoy convencido que todos los récords se van a romper, pero veo el más cercano que se pueda batir el 2.45 que el 2.33 en la categoría cadetes”.
Se recuerda el año 1988 durante el diálogo, el atleta ya con el récord del mundo, y en Seúl, las Olimpiadas a la cual Cuba no asistió, donde Sotomayor tenía las condiciones para coronarse. “En el año 1988 las posibilidades de ganar los juegos eran más reales”.
Sotomayor se refiere a logros obtenidos en 1989 y lo considera como uno de sus mejores años. Obtuvo dos récords del mundo
Habla de Godoy, quien fallece en 1990, con admiración y sentimiento, porque considera fue un padre “un super entrenador. Nos compenetramos mucho”. Para el atleta, la presencia de Godoy fue fundamental y piensa que, si hubiera estado, posiblemente hubiese ido más allá de 2.45 metros.
“Tuve la suerte de elegir a Guillermo de la Torre como entrenador luego de Godoy, de hecho, tuve el récord de los 2.45 con él. Es un entrenador muy capaz”.
En el año 92 logra la medalla olímpica en los Juegos Barcelona 1992. Previa a la competición considera fue la noche más tensa que ha vivido. Título olímpico que logró con 2.34.
En el año 1993 obtuvo grandes reconocimientos como atletas, entre ellos dos títulos mundiales, el premio de Príncipe de Asturias, el atleta más destacado de iberoamérica. “Para mí como resultado el año 1994 también fue un gran año, en cuanto a estabilidad de saltos. Yo tuve desde el 92 hasta el 95 temporadas en las que perdía muy poco”.
El destacado atleta habla de su pre temporada en 1996, la considera muy buena “En el invierno salté 2.38 metros”.
Recuerda otros eventos en los que participó, como Sidney. Previo a esas competencias había estado 13 meses sin competir por algunas lesiones, molestias que tuvo, “aunque no haya sido medalla de oro me siento contento con esa”.
Se refieren a Salamanca y dijo tuvo la oportunidad de llevar a su hijo para que saltara allí por primera vez los dos metros, pero no pudo ser.
Al ser interrogado por el periodista cómo piensa celebrar Javier Sotomayor esa cifra cerrada de sus dos récords mundiales, el recordista dijo piensa hacer una jornada de celebración en tres lugares: en Limonar, donde dio sus primeros pasos; en el bar 2,45 y en Varadero, donde fue su primera competencia provincial.
Para este grande del salto de altura resulta difícil, pero no imposible cumplir con los compromisos. “Hay días en que necesito más de 24 horas”. Ser el entrenador de su hijo, cumplir con los compromisos como empresario, como Secretario General de la Federación y miembro de la Comisión Nacional de Atención a los Atletas. Confiesa: “Mi vida para nada es aburrida. Tengo el tiempo bien ocupado”.