La Jefatura del Cuerpo de Bomberos de Cuba (CBC) anunció el inicio de su LIV Jornada Nacional de Protección Contra Incendios, aunque restringida por las condiciones excepcionales que impone el nuevo coronavirus en la lucha por evitar su expansión y lograr su eliminación.
La lucha contra los incendios es siempre una peligrosa y costosa tarea, más aun si no se es un profesional de la materia, por lo que hizo un llamado a la reflexión sobre la idea de que el arma más poderosa que dispone la sociedad ante los incendios es la prevención, y también estimular la percepción de riesgo, precisó un vocero de CBC citado por la Agencia Cubana de Noticias.
En tiempos normales, sin la pandemia que nos azota, la cruzada incluiría actividades generales para organismos y el sector residencial, que en esta ocasión será hasta el próximo domingo 17 de mayo, con la premisa “Salvemos, los incendios son evitables”.
Las acciones tendrán en esta ocasión un carácter restringido debido al elevado número de personas que permanecen a en sus hogares y al hecho de que algunos centros duplican sus producciones para mantener abastecidos a la población, señaló el representante de CBC.
Una situación de ese tipo despierta preocupación lógica sobre la seguridad contra incendios, tanto en fábricas como en hogares, por lo que el CBC recomendó la adopción de medidas contra las principales causas de incendios que se dan en el sector residencial.
Una de ellas consiste en evitar distracciones cuando se cocina y comprobar su interrupción una vez terminada la labor, además de asegurarse que se apaguen bien las velas, inciensos y cigarros antes de ir a dormir o salir de la casa.
Además, no deben sobrecargarse los tomacorrientes, y si huele a gas no abrir ningún interruptor, luz, timbre o extractor de cocina, y abrir esta última y cerrar la llave de paso del gas e inmediatamente llamar a los bomberos, así como no fumar acostado o dejar cigarros encendidos.
Ilustró con ejemplos elocuentes en ese sentido, y significó que solo en los últimos cinco años, en el país ocurrieron un promedio de 35 fuegos por día y de estos seis en hogares.
En general afectaron a la economía personal, la colectiva y de la nación, e incluso más del 50 % de ellos transcurrieron en áreas yermas, pastizales y plantaciones.
Aclaró que provocan pocas pérdidas, casi ninguna víctima, y su principal incidencia en el Cuerpo de Bomberos de Cuba se basa en el tiempo de ocupación de las técnicas de combate, y los que estallan en inmuebles o en sus edificios alcanzan el 16 % del total.
En residencias producen la mayor cantidad de víctimas y destruyen, además, la calidad de vida de los ciudadanos, aunque, paradójicamente, en este sector es donde menos llegan las campañas de prevención y el trabajo de control de su seguridad, lo cual que precisa cambiar, sugirió.
Las estadísticas en el quinquenio reflejaron que en La Habana sucedió la mayor cantidad de esos siniestros, que llegaron a la elevada suma de 22 mil 236 y de ellos cuatro mil 415 en domicilios.