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El Código de los afectos apaga su primera velita

Código de las Familias de Cuba

Por: César Gómez Chacón

 

Con muchas razones para celebrar y ante el reto de salir del gateo y caminar con pasos más firmes, el Código de las Familias de Cuba celebra su primer cumpleaños.

Tras un largo proceso de consultas y duros debates, que caló profundamente a la sociedad cubana, en un ejercicio participativo inédito en la práctica política y jurídica de la nación, el documento legislativo se aprobó por referendo popular, el 18 de septiembre de 2022 en las misiones diplomáticas cubanas en el exterior, y el 25 de septiembre de 2022 en el territorio nacional.

Con la participación de 6 269 427 electores, el 74,12% del total de la lista actualizada, votaron por el Sí 3 950 288 personas, para un 66,85%, mientras 1 959 097 (el 33, 15%) se inclinó por el No, lo que constituyó una victoria de la democracia socialista cubana, y de quienes confiaron en lo mejor del sentimiento humano y el poder de la justicia para defenderlo.

El 27 de septiembre de 2023, el texto votado entró en vigor al ser publicado en la Gaceta Oficial, el documento firmado por el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y el titular de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo Hernández. Cuba se convirtió así en el primer país que aprobó por referendo popular un Código de las Familias.

El llamado “Código de los afectos” es una obra colectiva donde se entrelazan la sabiduría popular y lo más avanzado de la doctrina jurídica internacional. La norma, acorde con la Constitución del 2019, prepondera a la dignidad como valor supremo y fundamento del resto de los derechos reconocidos.

Su aprobación fue sin dudas resultado de la madurez alcanzada por la sociedad cubana, y el derrotero marcado por el triunfo de la Revolución, el primero de enero de 1959.

 

 

Y se mueve…

Muy rápido han pasado estos doce meses desde la aprobación del Código. El saldo es positivo sin dudas. Así lo afirman en entrevistas, comparecencias y declaraciones a la prensa algunos de los especialistas que trabajaron en su confección, el proceso de aprobación y posterior seguimiento.

El ministro de Justicia de Cuba, Oscar Silvera, en un acto celebrado por estos días en La Habana, habló de su satisfactoria implementación y de lo esencial de que se convierta en una hoja de ruta para los cubanos.

Por su parte, uno de los rostros más visibles de la comisión redactora del Código, el doctor en Ciencias Jurídicas Leonardo Pérez Gallardo, profesor titular de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, reflexionó recientemente sobre los retos en la implementación de la nueva legislación.

“Esto es lo que en este primer año estamos revisando: la necesidad de que los operadores del Derecho sean capaces de cambiar las bases conceptuales con las que aplicaba el Código de la Familia de 1975 (…) ¿Se va a lograr? Bueno, esto es un gran desafío (…) de mayor calado que la aprobación del Código”, señaló.

La máster en Ciencias, Olga Lidia Pérez Díaz, directora general de Notarías y Registros del Ministerio de Justicia, indicó en una comparecencia televisiva que la figura legal del Código de las Familias más utilizada en este primer año ha sido la contenida en el artículo 217, relativo al requerimiento de una escritura de asentimiento por parte del cónyuge que no es titular de la vivienda para que se pueda disponer de ese inmueble.

Otra figura muy empleada, que coincide con la política pública sobre la atención a los desafíos demográficos en el país, ha sido la escritura de consentimiento para las técnicas de reproducción asistida, lo cual ha fortalecido los vínculos entre juristas y médicos encargados de estas disciplinas.

La doctora en Ciencias Sociológicas, Mariela Castro Espín, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) –institución de las más fuertes promotoras de la aprobación del Código- estimó que la normativa “está dando herramientas muy valiosas para instituir valores importantes y sobre todo asegurarlos”.

Un tema que provocó grandes debates durante la discusión popular del Código fue lo concerniente los matrimonios entre personas del mismo género. En este primer año se han formalizado más de 2100.

En reciente conferencia de prensa, Lay Trujillo González, fiscal jefa de la Dirección de Protección a las Familias y Asuntos Jurisdiccionales de la Fiscalía General de la República afirmó que son la guardia y cuidado de niños y niñas, el ejercicio de la responsabilidad parental, los divorcios y sus implicaciones en las pensiones alimenticias y la comunicación entre padres e hijos, los procesos que más han requerido la participación de fiscales después de aprobada la Ley.

 

Otros temas que han encontrado su mejor curso legal gracias al nuevo Código son aquellos que apuntan a la protección de segmentos vulnerables de la población, en especial niños y adolescentes.

Parientes y personas cercanas desde los afectos, en especial abuelos y abuelas, privados por años del acercamiento a los menores de la familia, solicitaron y recibieron en los tribunales el anhelado régimen de comunicación.

Integrantes de familias que tienen menores a sus cuidados, porque sus progenitores están fuera del país por diversas razones, se han beneficiado con acuerdos que determinan la delegación de la responsabilidad parental temporal y diversas modalidades de guarda.

Del mismo modo, se han arribado a acuerdos por parte de progenitores sobre el orden de los apellidos de sus descendientes, sin imponer como primero el del padre.

Son solo algunos ejemplos. Los especialistas reconocen el avance, al tiempo que señalan los escollos en el camino, tales como la insuficiente preparación técnica y multidisciplinar de algunos profesionales del Derecho, la subsistencia de estereotipos y prejuicios asentados en la sociedad, y el poco o mal uso de los canales de comunicación para informar y elevar la cultura jurídica de la población, entre otros.

El Código de la Familias aprobado hace un año marcó un antes y un después en la sociedad cubana de hoy. No la cambió, pero la hizo mirarse profundamente por dentro y, avanzar hacia un futuro mucho más justo. Un futuro que nace desde los afectos.

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