Tras una excelente demostración en semifinales contra la sexteta de Brasil, la escuadra cubana no fue la misma en la discusión de la medalla de oro contra Argentina y cayó tres sets por cero (25-20, 25-17, 25-20). Se vio un equipo disminuido en el ataque e incapaz de reducir su por ciento de errores forzados, lo que incidió directamente en el resultado.
Solo Miguel Ángel López se mostró con un alto nivel competitivo, algunos jugadores se vieron inefectivos y la banca no tuvo mucha actividad en busca de suplentes que pudieran superar las deficiencias. En esta ocasión no fuimos capaces de mantener las pequeñas ventajas logradas y se nos escapó la posibilidad de alcanzar el título en un deporte colectivo por primera vez en estos juegos.
No pretendo ser absoluto. Sin embargo, en el desempeño de la selección cubana de voleibol, dos hombres resultaron esenciales en el aporte, lo que les permitió avanzar a la final.
Los atacadores auxiliares Miguel Ángel López y Osniel Melgarejo, quienes marcaron una considerable cantidad de puntos en los partidos (más de diez por encuentro), para que la escuadra retornara al medallero panamericano. Con Osniel conversé brevemente antes del choque decisivo contra Argentina.