El canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, dijo ante la prensa acreditada en la ONU que, «lejos de atender al reiterado llamado de la comunidad internacional que durante más de dos décadas ha adoptado esta resolución de manera prácticamente unánime, Estados Unidos realiza maniobras adicionales para dificultar su adopción».
El Ministro de Relaciones Exteriores de la Isla señaló que particularmente se trata de influir sobre los países latinoamericanos y que «hace apenas una semana fueron convocadas en Washington, por el Departamento de Estado, las Embajadas de cuatro países» de la región, «con el objetivo de obtener su voto en contra de dicho proyecto de resolución».
Estados Unidos presiona a seis países latinoamericanos
Esto se une a las gestiones que realizan las Embajadas estadounidenses radicadas en las capitales de seis países latinoamericanos, donde ejercen presión «con el propósito de forzar un cambio de voto».
«Es conocido el modo burdo en que el gobierno del presidente Donald Trump ejecuta diversas formas de condicionamiento y chantaje para alcanzar objetivos de política exterior», dijo Rodríguez Parrilla, quien recordó el «marcado fracaso» del pasado año, «cuando el Departamento de Estado intentó enmendar y cambiar la naturaleza de la resolución que tradicionalmente se presenta a la Asamblea General».
«Cuba cuenta con el apoyo unánime de los pueblos latinoamericanos y del planeta», enfatizó el Ministro, y dijo que esperamos que los días 6 y 7 de noviembre, cuando la Asamblea General se pronuncie sobre la resolución, ningún gobierno de la región se someta a los dictámenes de Washington, dando la espalda a la voluntad de sus pueblos, a la opinión pública mundial, al Derecho Internacional y a las más elementales normas de ética y justicia