Por: Cynthia Ibatao Ruiz
En diciembre del 2022, el 66% de la población cubana aprobó por referendo popular la Ley 156 – Código de las Familias. Cerca de 4 millones de cubanos elevaron a rango legislativo el amor y los afectos como valores que deben primar en todas las configuraciones familiares.
Transcurrido año y medio, datos del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) revelaron las cifras de matrimonios igualitarios y uniones afectivas, gestaciones solidarias, acceso a las técnicas de reproducción humana asistida y la adopción, que saldaron los vacíos normativos que restaban oportunidades para las personas LGBTIQ+.
Mariela Castro Espín, directora del CENECEX / Foto: Cynthia Ibatao Ruiz
Según Mariela Castro Espín, directora del CENECEX, en la conferencia de apertura de la 17 Jornada Cubana contra la Homofobia y la Transfobia, mencionó que “hasta el momento se aprobaron 1633 matrimonios igualitarios, 806 entre hombres, 527 entre mujeres y uniones de hechos afectivas 85 parejas”.
“Cuando hacemos una comparación entre el Código de Familias de 1976 y el Código de las Familias de 2022 celebramos que el proceso de transición socialista ha logrado transformaciones culturales profundas en estos temas, erosionando los mandatos patriarcales de género para los hombres y las mujeres”.
Una jornada a favor de los derechos
Con el propósito de contribuir al desarrollo de la educación integral de la sexualidad y el reconocimiento, así como la garantía de los derechos sexuales, desde el 2008 se promueven las Jornadas Cubanas contra la Homofobia y la Transfobia.
La presente edición abarca un amplio programa de actividades que tiene lugar en los espacios virtuales y presenciales de La Habana y en Mayabeque, como sedes principales.
Sobre estos encuentros, Colette Spineti, presidenta del colectivo trans de Uruguay, ofreció declaraciones para Cubavisión Internacional.
Colette Spineti, presidenta del colectivo trans de Uruguay / Foto: Cynthia Ibatao Ruiz
“Hace cuatro años que llego a estas jornadas que tienen ese diálogo que debería ser constante entre la academia y el activismo. Muchas veces se habla de personas cisgénero o de personas transexuales, pero somos esas personas el objeto de estudio. Y desde el activismo no queremos ser objeto, sino sujeto de cambio”.
La celebración de que “El Amor es Ley”, no desconoce los desafíos que aún persisten en la deconstrucción de estereotipos y prejuicios asociados a la sexualidad. Por tanto, persiste como pilar, la educación integral de la sexualidad, voluntad política del país para arribar a mayores niveles de equidad y justicia social.