Por: María Fernanda Terry Pérez (Estudiante de Periodismo)
Medallista en dos ocasiones de la Olimpiada Iberoamericana de Biología, alumna más integral de su carrera, ganadora de 8 exámenes de premio en la Universidad, título de oro en Microbiología y Virología son distinciones que ya engrandecen a una muchacha de tan solo 23 años de edad.
Pero también pudiera decirse que su sencillez, su alegría cuando conversa apasionadamente y su constancia para lograr metas la convierten también en una joven digna de admirar.
Graduación de Thalía Morán Ávila/ Foto: Cortesía de la entrevistada
Thalía Morán Ávila demuestra su esencia todos los días cuando imparte clases a sus alumnos de la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana.
“Yo trabajo en el grupo de péptidos antimicrobianos del Centro de Estudios de Proteínas. Cuando eres profesora tienes una responsabilidad enorme porque estás transmitiendo tu conocimiento a personas, en mi caso tan contemporáneas conmigo, y constantemente tengo que motivarlas y comunicarles de una forma atractiva la importancia de las ciencias biológicas y cómo pudieran cambiarles la vida a otros”.
Agradece infinitamente el apoyo que recibió de su Facultad, el CIGB, el IPK, el CIDEM durante su preparación para concursar en las olimpiadas, lo cual figuraba un reto para ella porque representaba a Cuba en otro país. “Ahora estoy involucrada en el entrenamiento de estudiantes para que participen en la convocatoria de este año”.
Premiación de Olimpiada Iberoamericana de Biología/ Foto: Cortesía de la entrevistada
En la pandemia de la COVID-19 tuvo que asumir el cambio que la situación trajo consigo: aislamiento y protección extrema, pero la hizo comprender que escoger el camino de la ciencia, como habían hecho sus padres, tendría realmente valor, pues su blanco de investigación se enfocaría en el perfil de medicamentos. Actualmente se encuentra en proceso de investigación de una nueva terapia farmacológica contra diferentes enfermedades microbianas y tipos de cáncer.
Thalía tiene la certeza de que la ciencia es su pasión, pero resulta que también le entusiasma la literatura, el teatro, la música. El arte la ha llevado a inventar y reinventar desde niñez obras de teatro, festivales de cultura, declamaciones, etc.
Ahora integra el taller literario de la Universidad de La Habana, donde comparte junto a otros estudiantes sus inquietudes por la escritura, aunque no tiene planeado abandonar las ciencias.
Festival de Cultura de la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana/ Foto: Cortesía de la entrevistada
“La ciencia hizo que viera las cosas un poco más objetivas y sentirme más útil, apreciar cómo mi trabajo puede impactar en la vida de las personas. Me ha hecho enamorarme de la capacidad que tenemos los seres humanos para cambiar y mejorar nuestro entorno”.
Grupo NICHO/ Foto: Cortesía de la entrevistada
Una de las experiencias que marcó la decisión de encaminarse en el mundo de la investigación y la docencia fue cuando formaba parte del Grupo Científico Estudiantil de Ecología Microbiana NICHO, y en una ocasión que visitaron la escuela primaria Camilo Cienfuegos en La Habana Vieja. Allí trabajaron con alumnos de sexto grado sobre el medio ambiente.
“Nunca me había enfrentado a los niños, fue una lección de humildad porque tenían mucha motivación por la vida y ganas de aprender. Los niños nos siguieron preguntando cómo podían ayudar a proteger su entorno. Tengo todavía el dibujo de una de las niñas de ese día, fue muy bonito porque no me lo esperaba, pero ahí me percaté de que mi labor que hago puede llegar a todas las edades”.
Taller medioambiental en escuela primaria Camilo Cienfuegos/ Foto: Cortesía de la entrevistada
Que el arte y la ciencia converjan parece un reto imposible; sin embargo, Thalía reafirma lo contrario cada día en que se dirige a la Facultad de Biología, prepara una nueva clase y se coloca frente al aula, con la esperanza de que quienes la atienden, se nutran con arte y ciencia a la sociedad.
