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José Martí: del pedestal a la acción diaria por Cuba

Por: César Gómez Chacón

Venerado por generaciones de cubanos como el Apóstol de la Independencia, y considerado con razón el Héroe Nacional de Cuba, José Julián Martí Pérez, quien este 28 de enero cumpliría 171 años, tiene mucho que hacer todavía por la soberanía de la tierra que le vio nacer; y morir por ella en los campos de batalla de la manigua redentora.

 

El mejor discípulo

El independentismo y el antiimperialismo de José Martí acompañan el proceso revolucionario desde aquel 26 de julio de 1953, cuando su más distinguido discípulo, Fidel Castro Ruz, no dejó que murieran, en el año de su centenario, las ideas del Apóstol. A partir de ese día, y a lo largo de su vida, el líder histórico de la Revolución sustentó en el espíritu martiano las principales decisiones en torno a los destinos del país.

Nadie como Fidel interpretó y llevó a la práctica los principales apotegmas del Maestro. En un memorable discurso  pronunciado en la ciudad de Manzanillo, el 10 de octubre de 1968, el Comandante en Jefe, por entonces primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y primer ministro del Gobierno revolucionario, resumía a Martí como solo él podía hacerlo, desde su propia prosa improvisada:

“(…) Debemos decir que nuestra patria cuenta con el privilegio de poder disponer de uno de los más ricos tesoros políticos, una de las más valiosas fuentes de educación y de conocimientos políticos, en el pensamiento, en los escritos, en los libros, en los discursos y en toda la extraordinaria obra de José Martí. 

(…) Y así surgió en el firmamento de nuestra patria esa estrella todo patriotismo, todo sensibilidad humana, todo ejemplo, que junto con los héroes de las batallas, junto con Maceo y Máximo Gómez, inició de nuevo la guerra por la independencia de Cuba. 

(…) algo que se ha dicho siempre y que se ha dicho muchas veces y que se dijo en el Moncada (…) Porque allí cuando los jueces preguntaron quién era el autor intelectual del ataque al cuartel Moncada, sin vacilación nosotros respondimos: ¡Martí! “

Vale recordar que durante aquellos días aciagos del juicio por los sucesos del 26 de julio, cuando el líder revolucionario hizo su histórica autodefensa conocida como “La historia me absolverá”, hablaba también por aquellos jóvenes que le habían acompañado, y dejado la vida, en el intento armado por derrocar la dictadura pronorteamericana de Fulgencio Batista.

Uno de ellos, el poeta y periodista Raúl Gómez García, asesinado a los 24 años, aquel mismo día en las mazmorras del cuartel, era de esos martianos innatos que fueron a vencer o a morir cerca del lugar donde descansan los restos de Martí.

De sus muchos poemas y escritos dedicados al Apóstol, es el “Reclamo del Centenario” el más conocido y completo de todos, el que más se acerca al pensamiento ya maduro de la generación de jóvenes que asaltaron la historia en el Moncada:

“Maestro, bajo tu frente enorme,

En la profundidad perenne de tus sueños

Se vislumbra el recuerdo de tus luchas de hombres;

Y en la angustia callada de este pueblo que es tuyo

Hay mil gemidos juntos clamándote en silencio,

Porque es sólo tu alma quien nos puede salvar.

Hay un siglo de gloria clavado en la pasión de tu mirada,

Tu índice sereno señala las azules esperanzas

Y reclama en silencio la muerte frente al sol.

Por toda tu pasión enfebrecida te admiramos, Maestro…

Y en las luces opacas de este siglo resplandece tu verbo

Como un himno de amor arrebatado que fructifica hoy…”

 

La utilidad de la virtud

Los esfuerzos por mantener vivo el ideario martiano en las difíciles circunstancias que vive Cuba, van más allá de los bustos, los pedestales y las consignas. Movilizar con su pensamiento a las nuevas generaciones de cubanos es hoy una responsabilidad que comienza por las más altas autoridades del país.

En el sitio oficial de la presidencia y gobierno de Cuba en Internet, y personalmente en sus intervenciones y publicaciones, el primer secretario del Comité Central del Partido Comunista y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, hace propuestas y reflexiona sobre lo imperioso de mantener vivas las enseñanzas y el ejemplo del Héroe Nacional.

La Compañía de Teatro Infantil “La Colmenita” es depositaria de la confianza y la comunicación directa con el presidente cubano. Niñas y niños, jóvenes, padres y abuelos estudian y analizan juntos momentos históricos vinculados a la vida de Martí; razonan, debaten, y así retienen en sus memorias las principales enseñanzas del Maestro; que luego llevan a la práctica, no solo en los escenarios o tras bambalinas, sino en su diario actuar en las comunidades y en sus propios hogares. Es parte de la miel que liban y reparten por toda la nación caribeña y en muchos lugares del mundo.

Martí nos acompaña desde su altura ideal, pero también desde esa pequeña escultura alcanzable, frente al mar, donde defiende al niño y señala con dedo acusador hacia la embajada del Imperio.

El Apóstol, el Héroe, el Maestro… siente hoy con placer cómo la utilidad de la virtud, en la cual tuvo fe y quiso sembrar en su hijo, finalmente floreció en la Cuba por todos y para el bien de todos.

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