El Premio Nobel de Literatura, Gabriela Mistral, a 67 años de su desaparición física, es recordada por su entrañable relación con Cuba y la admiración profunda que sentía por el héroe nacional José Martí.
La también escritora y pedagoga, en varias oportunidades visitó la mayor de las Antillas, con la cual tuvo un vínculo fructífero e interesante de larga duración. Además conoció y entabló lazos permanentes con personalidades del mundo literario de la nación caribeña. Durante algún tiempo vivió en la casa de Dulce María Loynaz, destacada escritora cubana y Premio Miguel de Cervantes en 1992.
La chilena llamó a Martí “el hombre más puro de nuestra raza latinoamericana”. Su conocimiento sobre el autor de Nuestra América quedó plasmado en varias de sus conferencias.
“he hallado (…) en Martí como en ninguno la “palabra viva”, aquella que se siente tibia de sangre recién vertida, a la par que una frescura como de hierbas de rocío: la frescura de un corazón que fue puro”. (Mistral, 1920. Anuario Martiano, 1981:310)
A partir de mayo de 1921 colaboró con publicaciones cubanas como el mensuario Social, y en la revista ilustrada El Fígaro, en donde publicó importantes creaciones literarias.
Fuente: Prensa Latina