Cuba conmemoró este 30 de julio el Día de los Mártires de la Revolución, en homenaje a dos jóvenes asesinados por esbirros de la dictadura de Fulgencio Batista, el 30 de julio de 1957: Raúl Pujol y Frank País.
Los jóvenes fueron capturados como resultado de una delación y brutalmente acribillados a balazos por el cuerpo represivo de Batista en Santiago de Cuba, donde cada vez ganaba más fuerza la resistencia ciudadana.
Frank País, cuyo nombre de guerra era David, había protagonizado los sucesos del 30 de noviembre de 1956, cuando se produjo un asalto armado a la ciudad en apoyo al desembarco de los expedicionarios liderados por Fidel Castro que venían desde México en el yate Granma.
El joven pasó a la vida clandestina, cambiando constantemente de escondite y organizando el apoyo al naciente Ejército Rebelde y las acciones de sabotaje en las ciudades. En ese bregar se produjo su asesinato.
El 31 de julio de 1957, durante el sepelio de Frank País se produjo una manifestación popular en Santiago de Cuba, su ciudad natal, que impulsó el movimiento insurreccional en toda Cuba.
El 30 de julio quedó institucionalizado como el Día de los Mártires el 26 de julio de 1959, para sintetizar el perenne tributo de recordación y respeto a los más de 20 000 cubanos que perdieron la vida en el empeño de derrocar al tirano Fulgencio Batista.
Este año, en todo el país se realizaron actos, homenajes y muestras de respeto hacia quienes ofrendaron sus vidas para que la patria conquistara su verdadera independencia.
