El ahorro en el empleo del agua, y la aceleración de las acciones constructivas que actualmente se realizan en posiciones críticas de la infraestructura hidráulica en La Habana, ayudarán a mitigar las complejidades que en el abasto ha provocado la sequía prolongada.
En un chequeo a los programas del sector, dirigido por el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y con la presencia del vicepresidente Salvador Valdés Mesa, autoridades del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos informaron que, solo en la capital, las afectaciones impactan en el 21,8 % de la población, que recibe el servicio con intermitencia de horarios, cambios de ciclos de distribución o mediante pipas, reseñó la televisión nacional.
La terminación de la conductora desde Cuenca Sur
La depresión de las fuentes, cuyo ejemplo más notorio es la Almendares-Vento, con apenas 50 días de cobertura, obliga a acelerar las acciones paliativas, como la terminación de la conductora desde Cuenca Sur –única con balance favorable–, la perforación y recuperación de pozos, la puesta en funcionamiento de plantas desalinizadoras, la instalación de metrocontadores y la supresión de salideros y averías en los hogares.
Otras medidas se aplican con rigor, como la regulación del suministro para el riego agrícola o a centros altos consumidores, el reordenamiento del tiro mediante carros-cisterna y el estudio de nuevas fuentes, a fin de atenuar una situación calificada de emergente por la viceprimera ministra Inés María Chapman.
El Presidente cubano orientó extremar todas las medidas de ahorro posibles, tanto en el sector doméstico como estatal, e indicó reducir los plazos de ejecución de las obras en curso, y continuarlas aun después de que mejore la situación hidrometeorológica.