
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) alrededor de 144 millones de niños menores de 5 años tienen retraso del crecimiento. La medición del crecimiento de los lactantes y los niños —refiere el organismo— es un aspecto significativo en la vigilancia de la salud infantil, de ahí que cada 20 de septiembre se desarrolle el Día Mundial de la Concienciación sobre el Crecimiento Infantil.
La comunidad pediátrica coincide en la relevancia de efectuar revisiones periódicas en los niños para monitorear su estatura, ya que esta es un reflejo de su bienestar general. Por tanto, que un infante se detenga en su crecimiento puede ser una señal de patologías como hipotiroidismo, deficiencia de la hormona del crecimiento, u otras.
Los patrones de referencia para el crecimiento del Centro Nacional de Estadísticas de la Salud (NCHS)/OMS empezaron a utilizarse en el decenio de 1970. No obstante, el paso del tiempo y el avance en las investigaciones ha conducido a la actualización periódica de estos protocolos.
Hoy los patrones de crecimiento infantil (0-5 años) de la OMS de 2006 describen el crecimiento normal del niño, desde su nacimiento hasta los 5 años de edad, en condiciones ambientales óptimas, incluidas las recomendaciones de la OMS para la lactancia materna. Pueden aplicarse a todos los niños en cualquier lugar del mundo, con independencia de su origen étnico, estatus socioeconómico y tipo de alimentación.
La OMS refiere que para garantizar el correcto crecimiento de los niños hay que apoyar, proteger y promover la lactancia materna, que debe ser exclusiva durante los primeros seis meses. Del mismo modo, hay que proporcionar a los niños alimentos inocuos, sanos y nutricionalmente adecuados tanto durante el periodo de alimentación complementaria como después del segundo año, una vez ha cesado la lactancia materna.
Durante toda la infancia, es importante seguir unas buenas prácticas nutricionales. Hay que formular directrices nacionales apropiadas para ayudar a los cuidadores a la hora de elegir alimentos locales nutritivos y evitar combinaciones y cantidades incorrectas cuando alimenten a sus hijos, a fin de mantener un crecimiento óptimo en una etapa posterior de la infancia (tanto para evitar las deficiencias como los excesos nutricionales)”.