Foto: Cortesía de Alejandro Marzo Peña
Por: María Fernanda Terry
La Asociación Nacional de Sordos de Cuba (ANSOC) se erige como un bastión para la inclusión y el desarrollo de las personas sordas. Con más de 27 mil asociados distribuidos a lo largo y ancho de la mayor de las Antillas, esta organización no solo representa los intereses de su comunidad, sino que también trabaja incansablemente para garantizar sus derechos y promover su integración en la sociedad.
De acuerdo con Alejandro Marzo Peña, presidente de la ANSOC, es meritoria la labor realizada por la institución desde su fundación en 1978. «Hemos respondido a los intereses y fines de nuestros miembros, aportando, junto a directivos y especialistas, al desarrollo cultural e inclusivo de las personas sordas», señala.
Entre las acciones más relevantes que emprende, según el directivo, se encuentran: la educación de las personas sordas, la búsqueda de recursos para mejorar su accesibilidad, y gracias a sus esfuerzos se incluyó la lengua de señas en el Decreto Ley de la Lengua de Señas Cubana.
El trabajo de la Asociación se extiende a múltiples áreas, enfatizó Marzo Peña. «Entre sus máximos logros se encuentran el aumento del número de plazas de intérpretes, lo que facilita la comunicación entre sordos y oyentes, la introducción de la lengua de señas en el contexto pedagógico y la creación de la Comisión Nacional de Comunicación, que busca fortalecer los vínculos entre la comunidad sorda y el resto de la sociedad», agregó.
Además, la organización capacita a personas en situación de discapacidad auditiva como auxiliares pedagógicos e instructores en Lengua de Señas Cubana (LSC), lo cual fomenta un ambiente educativo inclusivo. La participación en deportes y la formación de grupos culturales profesionales también son parte integral del trabajo realizado.
(Tomada de Tribuna de La Habana)
En el marco del Día Internacional de las Personas Sordas, Marzo Peña reitera el compromiso de la ANSOC con el país: «Cuba se suma a la plena inclusión y desarrollo de nuestra comunidad con el apoyo del gobierno revolucionario y nuestra sociedad en general». Este llamado a la acción no solo resuena dentro de la comunidad sorda, sino que también invita a todas las personas a ser parte del cambio hacia una Cuba más inclusiva y justa.