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Un viaje en el tiempo desde 10 fortalezas y castillos de Cuba (+Fotos)

Visitar antiguas fortalezas y castillos es siempre una experiencia interesante, que nos permite conocer la arquitectura y la historia del lugar, a la vez que nos invita a imaginar el modo en que transcurría la vida entre sus muros y fosos.

Con un pasado colonial que se remonta más de cinco siglos en el tiempo, toda Cuba es una maravillosa muestra de los amplios recursos que destinaban las metrópolis europeas a proteger sus territorios en América.

Cuba fue con frecuencia blanco de ataques de corsarios y piratas, por su privilegiada ubicación a la entrada del Golfo de México. Por esta razón, desde el propio siglo XVI comenzaron a edificarse fortalezas y sistemas militares en las principales ciudades de mar. Con el paso de los siglos muchos de ellos se han convertido en museos y sedes de instituciones culturales.

La maravilla de su construcción, su funcionamiento y los hechos históricos que fueron el centro de su existencia son hoy motivo de curiosidad, y un pretexto perfecto para organizar un recorrido por Cuba.

Castillo de los Tres Reyes del Morro

Comenzaremos con la más emblemática de las fortalezas de Cuba, símbolo de la villa San Cristóbal de La Habana. El Morro está situado a la entrada de la bahía habanera, y su construcción, iniciada en 1589 y concluida en 1630, garantizó contar con una pieza clave en la defensa contra los frecuentes ataques de corsarios y piratas.

Hoy admiramos su faro de 45 metros de altura, que continúa guiando a los navegantes que arriban a la bahía habanera, y es visitable hasta su cima. Una experiencia inolvidable es subir a lo más alto, donde se encuentra el sistema de iluminación y contemplar el impactante panorama que se aprecia desde allí.

Podrá ver la línea del Malecón, la ciudad antigua y a lo lejos la parte moderna con altos edificios. Las torres, fosos y pasadizos del Morro están ambientados según las costumbres españolas en la Cuba colonial, con armaduras, sables, arcabuces y otros objetos valiosos de la historia cubana. Luego de ser restaurado, en 1986 el Castillo pasó a integrar, junto con la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña, el Parque Histórico Militar Morro-Cabaña.

Fortaleza San Carlos de La Cabaña

Muy cerca del Morro, y también dominando la entrada de la bahía de La Habana, San Carlos de la Cabaña es una de las edificaciones insignia de la ciudad, y un ejemplo muy representativo de la arquitectura militar colonial en América Latina. Catalogada como la obra cumbre del sistema defensivo amurallado de su tiempo, la fortaleza albergó la comandancia de Ernesto Che Guevara tras el triunfo de la Revolución en 1959 y hoy es un museo. Ha sido sede de importantes eventos nacionales e internacionales, como la Feria Internacional del Libro y la Feria de Turismo.

La Cabaña es también escenario de una peculiar tradición: el Cañonazo de las Nueve, ceremonia que cada noche recuerda la costumbre colonial de avisar con un disparo de cañón el cierre de las murallas de la ciudad y a la que es posible asistir. El Cañonazo es una de las actividades más populares en La Cabaña y en la ciudad, gracias a su exactitud, la marcialidad de su ejecución y la sensación de viajar al pasado que experimentan sus espectadores.

Castillo de San Salvador de la Punta

Se encuentra justo en el lugar donde el Paseo del Prado se encuentra con el mar, en el punto que marca el inicio del famoso Malecón habanero. Ocupa una posición opuesta a la Fortaleza de la Cabaña, con las aguas de la bahía habanera entre ambas, y completa el cinturón defensivo de la ciudad, junto al Morro y el Castillo de la Real Fuerza. Su construcción terminó en 1630 y desde sus gruesas murallas se enfrentaron las tropas españolas a los ejércitos ingleses durante la intervención británica en 1792.

Al visitar el castillo de La Punta podrá recorrer su plaza de armas y sus salones interiores donde están las colecciones de su museo. El foso de escasa profundidad le permitirá ver los canales subterráneos que transportaban el agua desde el río Almendares a través de la Zanja Real, primer acueducto construido en la Isla. Un dato curioso es que estuvo a punto de desaparecer en 1595, cuando una fuerte tormenta destruyó gran parte del área construida.

Actualmente quienes visiten el Castillo de la Punta no solo podrán conocer la historia de esta fortaleza, también podrán acercarse a los inicios de la ingeniería militar en Cuba, parte importante de la historia de la ciudad capital.

Castillo de la Real Fuerza

Esta es la fortaleza más antigua que aún se conserva en las Américas, construida entre 1558 y 1577, y que durante cerca de dos siglos fuera residencia del Gobernador General. Hoy alberga el Museo de la Real Fuerza, que exhibe una maqueta del castillo a escala 1:100, y su impresionante foso está ocupado por el Museo de Navegación.

Recientemente se ha instalado una nueva sala dedicada a los tesoros de la arqueología subacuática, con una colección de más de 25 mil piezas correspondientes a los hallazgos de más de seis décadas de expediciones a buques hundidos en las costas cubanas. La muestra incluye objetos de la vida cotidiana de los barcos, además de cerámicas y otros utensilios rescatados en las inmersiones realizadas.

Muy famosa es su torre oeste, coronada por la copia de una veleta de bronce llamada La Giraldilla (la original puede verse a la entrada del propio Castillo, resguardada de las inclemencias del clima). La Torre del Homenaje o Torre de la Espera tiene una historia que la relaciona con Doña Isabel de Bobadilla, mujer del noble español Hernando de Soto, que partió de Cuba para conquistar La Florida, dejándole a ella el gobierno de la isla.

Se dice que Doña Isabel subía todos los días a lo alto de la torre a esperar la llegada del galeón de su esposo, que nunca regresó. ¡Una de las tantas hermosas leyendas cubanas!

Castillo Santo Domingo de Atarés

Construido en 1767 como parte del segundo sistema defensivo colonial en La Habana, el Castillo de Atarés reabrió sus puertas en 2019 para festejar el Aniversario 500 de esta capital, tras una compleja restauración a cargo de la Oficina del Historiador de la Ciudad.

Su planta se aproxima a la de un hexágono irregular, coronado en sus vértices por garitas, también de planta hexagonal. Si quiere disfrutar de una vista panorámica del puerto y parte de la ciudad, lo invitamos a visitar esta fortaleza, que alberga un museo que lo transportará a la vida militar del siglo XVIII en Cuba, con dos salas Monográficas que abordan la historia de la fortaleza y un área que expone los resultados de estudios arqueológicos.

En este castillo encontrará también una exposición única en la ciudad. Se trata de modelos elaborados a partir de ideas originales de Leonardo Da Vinci, piezas que nunca fueron realizadas en vida del genio italiano y que integraban su “ciudad ideal”: un telar, una taladradora horizontal, una máquina para levantar objetos largos, una excavadora, una grúa de plataforma rectangular, un tornillo sin fin, y un martillo de levas, entre muchos otros.

Castillo de San Severino

Viajamos ahora hasta la ciudad de Matanzas para visitar el Castillo de San Severino, paradigma de las construcciones militares en el Caribe, y que tras 30 años de construcción fue terminado bajo el nombre de Fortaleza de San Carlos de Manzaneda.

Su trazado cumplía las llamadas tres reglas indispensables del arte de construir fortalezas, bastiones o fortificaciones: Firmeza, Simetría y Comodidad. Desde el año 2009 en el castillo funciona un museo dedicado a recordar a los esclavos africanos que fueron la base del desarrollo colonial en el Caribe.

Sus salas están dedicadas a la Historia y Arqueología, a los Orishas de las religiones afrocubanas y la Esclavitud. En ellas podrá ver documentos y maquetas de aquella época y descubrirá muchos objetos usados en las colonias y los barracones de los esclavos. El Castillo de San Severino fue declarado Monumento Nacional en 1978 y es la única obra arquitectónica que se conserva de los tiempos fundacionales de la ciudad de Matanzas. Por su significación se incluyó en el programa de la Unesco denominado La Ruta del Esclavo.

Fortaleza de Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua

En la entrada de la Bahía de Cienfuegos se alza el que todos llaman Castillo de Jagua, que custodia este lugar desde 1745, y es considerada la tercera fortaleza militar colonial de Cuba, después del Morro de La Habana y el de Santiago de Cuba. Durante siglos la ciudad necesitó defenderse de filibusteros como Francis Drake, Jacques de Sores y otros muy temidos en el Caribe, por lo que contar con una fortaleza que los detuviera debía hacerse realidad. En 1762 el Castillo de Jagua se convertiría en protagonista de las acciones militares que, desde el interior de la isla, se dirigieron para el rescate de La Habana durante la toma de la ciudad por los ingleses.

A más de dos siglos de esos acontecimientos fue inaugurado allí un museo que expone objetos relacionados con la historia de Cienfuegos, al que se accede a través de un puente levadizo de madera. Cientos de personas visitan cada año las celdas, la capilla, el patio interior con su aljibe y las explanadas, desde donde aún una batería de cañones apunta a las aguas del mar Caribe.

El museo brinda recorridos guiados, ofrece servicios de información a través de su banco de datos, y es sede de actividades de animación cultural para niños y jóvenes. La fortaleza es Monumento Nacional y uno de los símbolos que identifican la ciudad, conocida como la Perla del Sur.

Castillo de San Pedro de la Roca

Guardián de la ciudad más caribeña de la isla, el también llamado “Morro de Santiago de Cuba” comenzó a construirse en el año 1638. Fue el eslabón fundamental del sistema defensivo de la ciudad en la etapa colonial, que como otras era blanco de los ataques de corsarios y piratas.

Durante las guerras de independencia funcionó como una cárcel y fue testigo de la importante batalla naval entre la escuadra española del Vicealmirante Pascual Cervera y una flota de los Estados Unidos, hecho que puso fin al dominio hispano en la isla. En 1979 el Morro de Santiago de Cuba fue declarado Monumento Nacional, y en diciembre de 1997 fue reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Hoy, el Castillo de San Pedro de la Roca está abierto al público para recorridos guiados o independientes, y exhibe en sus salas numerosos objetos y armamento de la época colonial. En sus explanadas se realiza cada tarde una conmovedora ceremonia de homenaje a la bandera cubana, que lo invitamos a presenciar. Esta hermosa y antigua fortaleza protege con su majestuosidad la bahía santiaguera y ofrece a quienes la visitan impresionantes vistas hacia el mar y las montañas.

Fuerte Matachín

En el extremo más oriental de Cuba, en la provincia de Guantánamo, el actual Museo Municipal de Baracoa ocupa una fortaleza de modestas proporciones, que durante los siglos XVIII y XIX protegió a Baracoa. Ubicado muy cercana a la bahía de la primera villa fundada por los españoles en Cuba, el Fuerte Matachín se terminó de construir en 1742 y además de su función defensiva, pasó a ser cuartel de los soldados españoles.

Actualmente el Museo del Fuerte Matachín posee colecciones de arqueología aborigen y muestras de la flora y fauna regionales. Allí la historia de la Ciudad Primada lo seguirá a cada paso, pues como parte de su colección permanente se muestra el Ídolo de Maguana y el Hacha de Cuello, ambos pertenecientes a la cultura indocubana. También se conserva allí el escudo original de Baracoa; selecciones numismáticas y filatélicas; fotos y documentos de personajes célebres baracoenses.

Una curiosidad es que en su visita podrá ver un facsímil del Diario de Navegación de Cristóbal Colón, que narra, entre otras peripecias, la llegada del Almirante a la región oriental de Cuba.

Castillo de Seboruco de Santa Bárbara

Finalizamos este recorrido por las fortalezas y castillos cubanos con uno que hoy funciona como confortable alojamiento para viajeros, también en la villa de Baracoa. El Castillo de Seboruco de Santa Bárbara (hoy hotel El Castillo) fue diseñado por el Capitán Pedro Oviedo y edificado entre 1739-1741.

Está situado en la parte noroeste de la Ciudad Primada, sobre una falda de más de 100 m sobre el nivel del mar, posición que le permitía mantener controlada la Bahía de Baracoa. Sufrió numerosas transformaciones en su arquitectura a través de los años, hasta tomar su actual estructura.

En la década de los 70 del pasado siglo, la edificación pasó a llamarse Hotel El Castillo y hoy cuenta con un bien conservado mirador desde donde se disfrutan preciosas visuales panorámicas de la bahía, la ciudad, el río Miel y el Yunque de Baracoa. Visitar esta antigua fortaleza para hospedarse en ella es una aventura única y maravillosa, pues podrá mezclar las antiguas historias de piratas y corsarios con el auténtico y bien conservado entorno natural de la ciudad de Baracoa.

La historia de Cuba no sería la misma sin sus fortalezas y castillos, ejemplos vivos de cuán valiosa fue, desde el comienzo, la llamada Llave del Golfo, cuyas fortalezas son hoy hogares de tradiciones, leyendas y de aprendizaje.

 

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