Por: Cynthia Ibatao Ruiz
Las acciones revolucionarias protagonizadas por estudiantes universitarios cubanos, alcanzaron su máxima expresión en la segunda mitad del siglo pasado, bebiendo de líderes como Julio Antonio Mella y Rubén Martínez Villena.
EL 13 de marzo de 1957, el Directorio Revolucionario, brazo armado de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), protagonizó una de las acciones que trascendieron dentro del movimiento estudiantil.
El plan era sorprender al dictador Fulgencio Batista en el Palacio Presidencial, ajusticiarlo y llamar a la insurrección. Luego se entregarían las armas de la guarnición del Palacio al pueblo, el cual sería convocado por medio de la emisora Radio Reloj, y así tomar otros puntos de Ciudad de La Habana, como el Cuartel Maestre de la Policía. Pese al fracaso, la acción demostró la valía de los jóvenes.
Foto: Celia Mariam Utria
Sesenta y siete años después, justo en el sitio donde cayera asesinado el líder del Directorio Revolucionario, José Antonio Echeverría, el pueblo capitalino rindió homenaje. La entrega de una ofrenda florar a nombre del general de Ejercito de la República de Cuba, Raúl Castro Ruz, y del presidente Miguel Diaz-Canel Bermúdez, encabezó el tributo.
Igualmente, participó la máxima dirección de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), la FEU y funcionarios del Partido Comunista de Cuba (PCC), así como del Gobierno cubano.
Foto: Celia Mariam Utria
Jóvenes de la Universidad de La Habana evocaron a los mártires, como Adrian Saborit Rodríguez, presidente de la FEU de la Facultad de Comunicación.
«Los estudiantes recordamos esa fecha con rebeldía, por quienes fueron sus protagonistas y por el simbolismo que representa en la historia. De los que murieron el 13 de marzo aprendimos a defender la Patria. Esa tradición de no dar paso a la redención se lo debemos, y mantendremos hasta las últimas consecuencias».
La emisora Radio Reloj, recordó la histórica fecha y participó en la conmemoración. Nuevos trabajadores agradecieron la oportunidad de integrar el colectivo histórico, así lo hizo Dainelis de la Caridad Pérez Almaguer, periodista-redactora de ese medio.
«Reloj realmente es una casa y una escuela. Ser relojeras en algún momento era un sueño, ahora es realidad. Transitar por los pasillos que atesoran la cabina histórica donde José Antonio Echeverría convocaba al pueblo de Cuba a la lucha, forma parte de nuestra cotidianidad, un reto que debemos mantener».
Las acciones del 13 de marzo colocaron a los jóvenes caídos en el altar que la Patria concede a sus inmortales. La Federación Estudiantil Universitaria demostró su valía dentro del movimiento revolucionario cubano y se convirtió en ejemplo, luz y guía.