Estoy emocionado todavía y, les confieso una cosa, he llorado como todos aquí, así dijo el General de Ejército Raúl Castro Ruz a los niños de La Colmenita que, en la noche de este 25 de noviembre, cuando se cumplieron cinco años de la partida física del Comandante en Jefe, tuvieron la hermosa responsabilidad de inaugurar con su arte el Centro Fidel Castro Ruz.
«Nos han hecho llorar ustedes, con su arte, con su patriotismo y con sus maestros y maestras», les confesó Raúl luego de concluir la obra ¡Fidel, habla… te necesito!, que bajo la dirección de Carlos Alberto «Tin» Cremata narra la historia de un grupo de niños que se van a la Sierra Maestra en lo que dieron en llamar una Guerrilla por la Historia, para ir en definitiva al encuentro de la vida del Comandante en Jefe.
Con esa estremecedora puesta en escena, en la que los niños también sueñan cómo sería el lugar donde se organicen finalmente los tantos conocimientos y recuerdos de líder histórico de la Revolución Cubana, quedó inaugurado el Centro Fidel Castro Ruz, una hermosa y moderna institución, ubicada en calle 11 y Paseo, en el capitalino barrio del Vedado.
«Sentimos un gran orgullo por todos ustedes, por esta primera Colmenita y por todas las que se han creado en muchos lugares», manifestó Raúl rodeado de esos muchachos que minutos antes habían conmocionado al auditorio del Anfiteatro Turquino con canciones, estremecedores textos e imágenes de ese Fidel al que, como ellos mismos dijeron en su obra, solo había una forma de acercársele de verdad: con el corazón.
Y fue eso lo que hizo La Colmenita esta noche fría durante una velada memorable, en la que estuvieron presentes el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, dirigentes y héroes de la Revolución Cubana, así como familiares y amigos de Fidel, entre ellos el teólogo brasileño Frei Betto.
Como en otras obras de la Compañía Infantil de Teatro La Colmenita -y lo que evidentemente da sentido al arte hecho por los niños de Tin- volvieron a buscar las esencias: «esa verdad última, lo más importante, el relleno de la silueta que vemos en todas las cosas». Fueron esta vez a las esencias de un ser excepcional, que pudo domar al tiempo, y hacer y hacer.
«Nunca olvidaremos esta actividad, que ha sido lo más emocionante que he visto en mi vida», reveló el General de Ejército minutos antes de marcharse del Centro Fidel Castro Ruz, que en la noche de ayer abrió sus puertas con la misión de estudiar y difundir su pensamiento, obra, vida y ejemplo. Un lugar que le nace a Cuba para que todos nos acerquemos, desde el corazón, a uno de los hombres más grandes de su historia.
(Granma)