Tras una larga pausa de más de cuatro años, el radar de La Bajada vuelve a custodiar el occidente cubano de los fenómenos meteorológicos que se aproximan a través del Golfo de México.
Un cambio total de su tecnología, que databa de hace casi medio siglo, ha permitido que este imponente «guardián» de concreto entre en operaciones nuevamente.
Una nueva tecnología al servicio de los meteorólogos
El máster en ciencias Gerald Miguel Malagón, director del Centro Meteorológico de Pinar del Río, explicó que el equipamiento se había vuelto obsoleto y en el mercado ya no se encontraban partes y piezas para su reparación. De ahí que a pesar de su importancia, el radar dejara de funcionar.
Según el especialista, la modernización de la instalación comprendió la sustitución de toda la tecnología, incluyendo la computadora, los sistemas operativos y de recepción.
Con el apoyo de fuerzas de varias empresas del territorio, se trabajó también en la impermeabilización de la cubierta, el aterramiento y se llevan a cabo el trazado de un nuevo sistema eléctrico y la rehabilitación de otras áreas destinadas a la capacitación.
La exploración meteorológica en el Golfo de México
La reincorporación de La Bajada, con un alcance efectivo de unos 250 kilómetros, elimina una zona de silencio que existía para nuestro país en la región del Golfo de México.
«Al tener esta área desprotegida, no contábamos con una visualización exacta de los eventos meteorológicos que por ella se acercaban», señaló Malagón.
Su puesta en marcha permitirá el seguimiento a muy corto plazo de los fenómenos de rápida formación que ocurren en el Golfo, en zonas cercanas a las costas cubanas o incluso sobre nuestro territorio.
La nueva tecnología aporta, además, una mayor nitidez en las imágenes, gracias a lo cual el trabajo de los especialistas podrá ser mucho más preciso y efectivo, añadió.