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Por: Cynthia Ibatao Ruiz
El Ministerio de Salud Pública (MINSAP) de Cuba, en una nota, informó sobre la presencia del virus Oropouche en 9 provincias del país. Según precisaron autoridades del sector, el microorganismo fue detectado en el mundo en 1955, sin embargo, en el 2023 aumentaron los casos de contagios por este germen, y la mayor de las Antillas reportó los primeros pacientes a finales de mayo del año en curso.
La fiebre de Oropouche provoca una enfermedad zoonótica producida por un virus ARN del género Orthobunyavirusy, transmitido al ser humano por la picadura de mosquitos culicoides, principalmente de la especie culicoides paraensis.
🇨🇺La confirmación de la presencia del virus de Oropouche en 9 provincias y 23 municipios de Matanzas, Mayabeque, Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Holguín, Guantánamo, Santiago de Cuba y Cienfuegos, activan los sistemas sanitarios en Cuba.
🩺https://t.co/UC1qV35QxG pic.twitter.com/0L0iDDV3eb— Ministerio de Salud Pública de Cuba (@MINSAPCuba) June 25, 2024
Entre las sintomatologías más comunes se encuentran: fiebre, cefalea (particularmente retroorbital detrás de los ojos), dolores musculares y articulares, nauseas, vómitos y fotofobia (molestia a la exposición de la luz intensa); cuadro clínico muy similar al ocasionado por el dengue.
En conferencia de Prensa, la Dirección Nacional de Epidemiología ofreció declaraciones sobre la influencia del agente patógeno en el mundo y reiteró que hasta el momento se continúa en la búsqueda de medicamentos efectivos para la erradicación del microbio. Ante esto, el Dr. Francisco Durán, director nacional de Epidemiología aclaró:
“Por lo general, y a diferencia del dengue, lo síntomas duran alrededor de 4 o 5 días, y transcurre sin que la persona llegue a un estado crítico, experiencia que tenemos de cómo se ha comportado el virus en las demás provincias y en otros países”.
Dr. Francisco Durán, director nacional de Epidemiología / Foto: Cynthia Ibatao Ruiz
Al igual que sucede con el dengue y otras arbovirosis, el tratamiento es sintomático y está dirigido a disminuir la fiebre, mantener al paciente hidratado y lo más cómodo posible en el período de estado de la afección. Sobre la responsabilidad personal con el cuidado y prevención, el doctor Durán recalcó:
“El médico puede decidir hacer un ingreso domiciliario, o ingresarte en una institución de salud, en dependencia de las comorbilidades, y los riesgos de la propia enfermedad”.
La expansión de la fiebre por el virus de Oropouche es una realidad de nuestros tiempos, condicionada por la invasión de los hábitats animales, la deforestación, el cambio climático y las migraciones. Su llegada a Cuba implica otro desafío para el Sistema de Salud cubano y para los ciudadanos del archipiélago cubano.