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El cubano y coloso de la lucha grecorromana, Mijaín López, es una figura de imponente presencia y de una técnica impecable. Sus actuaciones en esa disciplina, tanto en Cuba y en el resto del mundo, le han permitido dejar una huella en la historia del olimpismo. Con cuatro medallas olímpicas de oro, en cuatro Juegos Olímpicos consecutivos, este atleta se posiciona como uno de los luchadores más grandes de todos los tiempos.
Su primer oro llegó en Beijing 2008, donde dominó la categoría de 120 kg. En Londres 2012 repitió la proeza, y confirmó su estatus de invencible. López logró su tercer título olímpico en Río 2016, lo que reafirmó su supremacía en la categoría de 130 kg. Finalmente, en Tokio 2020, alcanzó su cuarto oro consecutivo, consolidando su leyenda.
Cada una de estas victorias no solo demuestra su excepcional habilidad y dedicación, sino también su capacidad para mantenerse en la cima del deporte a lo largo de los años, hecho que posiciona a Mijaín López como un símbolo de orgullo y excelencia para Cuba y el mundo de la lucha grecorromana.
