Cuba celebra este viernes el onomástico 91 de la diva Omara Portundo, cuya incombustible voz, todavía resuena en escenarios de la isla caribeña y del mundo, con esa distinción que caracteriza a una leyenda viva de la música.
La conocida Diva del Buena Vista Social Club, agrupación que revivió el interés internacional por la música tradicional cubana, integró el selecto catálogo de intérpretes que han ubicado a la isla en el pentagrama sonoro del mundo como Eliades Ochoa, Ibrahim Ferrer, Compay Segundo. Para la Novia del feeling, la popularidad no llegó ese fenómeno internacional que fue el Buena Vista, antes marcaría a toda una generación amante del difundido género que nació en la primera mitad del siglo XX y ganó notoriedad como integrante del cuarteto Las D’Aida, junto a su hermana Haydée, Elena Burke y Moraima Secada.
Su impronta musical late fuerte en toda Iberoamérica al punto que los reyes de España le concedieron la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Gracias a la Casa Real por este reconocimiento, un honor estar entre personalidades de tanta valía, declaró la cantante sobre la entrega del máximo galardón concedido a personas y entidades sobresalientes en el campo de la creación artística y cultural.
En múltiples oportunidades, su nombre ha figurado en la nómina de la Academia Latina de la Música que la distinguió con el Premio a la Excelencia, el cual catalogó ‘un premio para mi país y su música, porque antes de Omara siempre está Cuba’.
Si de nuevos bríos se trata, Portuondo ha compartido con artistas y agrupaciones contemporáneas su siempre joven talento que engalana dos producciones de la Orquesta Faílde y otras colaboraciones con los coterráneos Cimafunk, Alexander Abreu, Roberto Fonseca, Alain Pérez, Haydée Milanés, Alejandro Falcón y un sinfín de instrumentistas nacionales. Varios duetos internacionales distiguen su carerra de larga data junto al salsero puertoriqueño Andy Montañez, la cantautora guatemalteca Gaby Moreno, la peruana Eva Ayllón, los mexicanos Carlos Rivera y Guadalupe Pineda.
A Omara ni siquiera la Covid-19 le ha menguado sus ganas de vivir y de cantar; por ello ha grabado durante la pandemia un álbum para regalarse su propia celebración a la altura de sus nueve décadas.
La intérprete permanece activa y, día a día, exalta el valor del bolero, el feeling y la música tradicional cubana, los cuales considera algunos de los tesoros más valiosos de la isla donde da gracias por su fructífera existencia.