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Hace 64 años ocurrió un trágico suceso que marcó un punto de inflexión en la historia de la Revolución cubana: la explosión en el puerto de La Habana del barco francés “La Coubre”.
Este atentado terrorista dejó un saldo devastador de un centenar de vidas perdidas y cientos de heridos, y tuvo como objetivo desestabilizar el proceso de transformación de aquel momento en el archipiélago cubano.
La embarcación llegó a la nación caribeña con armamento y municiones destinados a fortalecer la defensa del país ante las agresiones provenientes de Estados Unidos.
El Gobierno estadounidense, en su afán por acabar con la naciente Revolución, promovió la subversión interna y amenazó con agresiones directas. Las acciones encubiertas de la CIA contribuyeron a crear un clima de violencia y hostilidad en el territorio insular.
La explosión fue solo el comienzo de una serie de actos violentos que intentaron socavar la estabilidad del territorio insular. El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, al mostrar pruebas de la implicación de Estados Unidos en el atentado, pronunció por primera vez la icónica frase “Patria o Muerte”, acto que reafirmó la determinación del pueblo cubano de defender su soberanía a cualquier costo.
Cuba recuerda con dolor y resiliencia aquel trágico episodio que demostró la valentía y la unidad de los cubanos frente a las adversidades. Ese hecho es un recordatorio de la lucha constante por la libertad y la independencia, valores que construyen el camino de la mayor de las Antillas hacia un futuro mejor.