Por: César Gómez Chacón
Tras el naufragio que no atinó a comprender, donde la muerte y la desesperación colmaron aquella fatídica noche, el cubanito de cinco años se aferró como pudo al neumático donde lo aseguraron. Durante más de dos días fue llevado a la deriva por las aguas del estrecho de la Florida. Finalmente, el 25 de noviembre de 1999, el pequeño fue avistado por unos pescadores, que lo pusieron a salvo en tierra firme.
Sin saberlo, el pequeño Elián González Brotons acababa de naufragar nuevamente, esta vez en las aguas turbias y desenfrenadas de la política de los Estados Unidos contra Cuba, que aún brotan de las peores cloacas en Miami. Su rostro infantil ocuparía durante semanas las primeras planas de los noticieros y diarios del mundo.
La batalla del pueblo cubano por su liberación no tuvo precedentes y será (debe ser) recordada siempre.
Cronología comentada
El 22 de noviembre de 1999 sale de las costas cubanas la balsa de emigrantes ilegales donde iban Elián, su mamá y 12 personas más. La rudimentaria embarcación zozobra. Solo sobreviven Elián y dos personas más.
El 25 de noviembre, Elián es encontrado flotando, sujeto a un neumático, por unos pescadores norteamericanos en las costas de Fort Lauderdale. Luego de recibir atención médica es entregado a un tío-abuelo paterno en su casa de Miami.
El 2 de diciembre, entrada la noche, Juan Miguel González, el padre de Elián, llega al Consejo de Estado. Horas antes, en el centro de la Calle Real, en la ciudad matancera de Cárdenas, había recibido una llamada telefónica: “Ven para La Habana. Fidel quiere verte”, escuchó del otro lado del auricular.
El líder de la Revolución lo recibe en su despacho:
– ¿Tu qué quieres hacer? Si quieres irte con toda tu familia se te hacen los papeles y te vas –le dice el Comandante.
– No, yo quiero que me devuelvan a mi hijo a su país y a su padre.
– Tranquilo. A partir de mañana mismo se vuelca la nación completa a hacer el reclamo por el regreso de tu hijo –le asegura Fidel.
El 4 de diciembre el líder de la Revolución Cubana declara públicamente que si en tres días Elián no es devuelto, se desencadenaría una batalla internacional.
El 5 de diciembre jóvenes de las Brigadas Técnicas Juveniles protestan frente a la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana y reclaman la devolución del niño secuestrado. A partir de ese día miles de personas, entre ellos, muchos niños, marcharán frente a la sede diplomática.
El 16 de diciembre a las seis de la tarde la televisión cubana transmite la primera “Mesa Redonda” con el título “¿En qué tiempo se puede cambiar la mente de un niño?”, donde un panel de expertos informa al pueblo sobre varios tópicos de interés alrededor del niño secuestrado. Fidel es una de las personas sentadas en el público. Es el comienzo de la “Batalla de ideas”.
El 23 de diciembre, ante un grupo de niños junto a Oficina de Intereses el Comandante en Jefe expresa: “Lo que se inicia hoy es la segunda etapa de la batalla de masas que venimos librando.”
En lo adelante, por toda Cuba se multiplican las manifestaciones. Miles de personas marchan diariamente en pos del regreso del niño “¡Liberen a Elián!” es una consigna que moviliza los corazones. Las pancartas con la foto del pequeño encabezan la campaña. La prensa cubana la sitúan día tras día como noticia de primera plana. Los medios internacionales comienzan a hacerle eco.
El mundo ve a todo un pueblo movilizado para exigir el derecho de un padre a recuperar a su hijo. Hay quienes aseguran que aquella movilización es solo comparable con la explosión popular de los primeros días de enero de 1959.
El 5 de enero de 2000 el Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) de Estados Unidos reconoce el derecho de patria potestad de Juan Miguel González. El fallo es respaldado por la Fiscal General de Estados Unidos, Janet Reno, y por el entonces presidente William Clinton.
El 21 de enero, las abuelas de Elián llegan a Estados Unidos. Cinco días después, luego de múltiples gestionen, logran ver a su nieto apenas por algunas horas, pero deben regresar solas a La Habana.
El 6 de abril Juan Miguel viaja a Washington en busca de su hijo.
El 22 de abril (199 días después de su secuestro), durante un aparatoso operativo nocturno, con armas largas, Elián es recuperado por fuerzas federales y puesto finalmente en los brazos de su padre.
El 26 de junio (tras siete meses de encuentros y desencuentros) el Tribunal Supremo de los Estados Unidos da finalmente solución legal al caso.
El 28 de junio el niño y su padre regresan finalmente a Cuba. La televisión cubana transmite en vivo el momento cuando descienden del avión. Juan Miguel carga a su hijo. Toda Cuba llora de emoción.
Un proceso supervisado por el amor
Con el asesoramiento de algunos de los mejores psicólogos del país y bajo la supervisión directa del propio Comandante Fidel Castro, transcurrió el proceso de readaptación de Elián a su vida en Cuba.
Los traumas sufridos desde el naufragio y durante los seis meses que estuvo expuesto como trofeo en el circo de Miami, necesitaban de la ayuda profesional y de una estrategia bien diseñada para convertir al niño más famoso del mundo en lo que era antes del 22 de noviembre: un cubanito como otro cualquiera.
El regreso a su escuela con los compañeros de aula fue un momento bien importante. Mantenerlo alejado de periodistas y curiosos requirió esfuerzos extras. El propio Fidel debió acercársele con mucha cautela y cariño, y convertirse en parte de su entorno familiar.
Todos los cubanos recuerdan que en aquellas primeras apariciones públicas de Elián, los locutores anunciaban solemnemente la presencia en el acto de Juan Miguel González y “su familia”.
Y pasaron los años…
Protegido de cámaras y micrófonos, Elián González Brotons transitó finalmente hacia su vida adulta como cualquier otro cubano. Pasó con éxitos todos los niveles de enseñanza hasta graduarse como ingeniero industrial e hizo su servicio militar. Se casó bien enamorado, y hoy, a sus 30 años, es padre de una niña, y trabaja en su natal Cárdenas en una empresa vinculada al turismo.
Por méritos propios, desde 2023 González Brotons fue postulado y electo diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento cubano) por la provincia de Matanzas. Es miembro del Partido Comunista de Cuba.
Pese a seguir siendo la misma persona reservada de siempre, no ha podido evitar del todo las peticiones de la prensa para devolverlo a la palestra pública. En varias entrevistas, ya no tan recientes, Elián ha asegurado que su vida está vinculada para siempre a Cuba y es eterno su agradecimiento al pueblo que tanta batalla dio por rescatarlo de su segundo naufragio.
Con emoción en los ojos reconoce el amor y la valentía de su padre durante aquellos días aciagos, y muy especialmente lleva en su corazón a aquel que aprendió a llamar “abuelito Fidel”.