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Julio Antonio Mella: el hombre que dedicó su corta vida a la lucha antimperialista

Nunca se expresa mejor el sentido de la vida que cuando se sabe próxima la muerte. Así lo sentenció Julio Antonio Mella cuando dijo sus últimas palabras: “Muero por la Revolución”, después de ser ultimado por las balas de los esbirros del tirano Machado.

Dicha frase refleja el espíritu revolucionario y antiimperialistas de uno de los jóvenes cubanos que con más ahínco se opuso a los gobiernos corruptos y serviles a los intereses de los Estados Unidos en la etapa neocolonial.

Amar a la Mayor de las Antillas significa defender su independencia del norte brutal que la ataca. Esto lo entendió Mella quien dedicó su corta vida a la lucha antiimperialista. Por ello fundó la sección cubana de la Liga Antimperialista de Las Américas y el Partido Comunista Cubano junto a Carlos Baliño, en 1925.

A través de sus escritos también reforzó este ideal, en el documento “La Única salida” Mella realizó una crítica a la dominación imperialista de los Estados Unidos sobre la región, que describe como de absoluta dominación económica con garantías políticas cuando son necesarias.

También realizó análisis que incluyeron una mirada a la historia de Cuba y al lugar de los Estados Unidos dentro de esta. En dicha línea, publicó el folleto titulado “Cuba: un pueblo que jamás ha sido libre” donde, a través de un repaso de la relación de dominio del país más poderoso del mundo respecto a Cuba, demostró la necesidad de la revolución social de los pueblos.

Asimismo, en el primer epígrafe “El capitalismo yanqui ha sido siempre enemigo de la independencia de Cuba” argumentó que la ambición del capitalismo estadounidense que desea poseer a Cuba data de más de un siglo atrás. Esa afirmación la sustentó con las acciones de Estados Unidos para impedir la independencia de los cubanos frente al dominio colonial español.

Por otra parte, denunció los hechos de sumisión del gobierno cubano al estadounidense en “Los universitarios contra el imperialismo yanqui y el servilismo del gobierno cubano”. En este documento manifestó, además, que, en la neocolonia, los capitalistas yanquis poseían las tierras de las industrias esclavizando al pueblo, mientras que el Gobierno de Washington, con la Enmienda Platt tenía convertida a la Isla en una colonia.

En esta vocación antiimperialista Mella coincidió, como en otros puntos, con el apóstol José Martí, el cual dedicó gran parte de su vida y obra a evitar con la independencia de la Mayor de las Antillas que se extendiera el dominio de los Estados Unidos por los pueblos de las Américas.

Mella es un digno sucesor de las ideas independentistas y antianexionistas y representa un ejemplo vivo para la juventud de la isla en su constante accionar por preservar la soberanía nacional./ Digna Caridad Díaz Caraballoso.

 

 

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