Por: Duanys Hernández Torres
Santiago 2023 bajó el telón. ¿Qué fue lo mejor y lo peor de Cuba en la capital chilena? ¿Se cumplieron los propósitos? Cuba finalizó con 30 medallas de oro, 22 de plata y 17 de bronce para un meritorio quinto lugar general
En primer lugar, se mejoró el sexto lugar de Lima 2019 con esa quinta plaza. La meta era estar del cinco al siete. Además, se sobrepasó con creces el objetivo de alcanzar entre 18 y 22 medallas de oro, y creo que nadie esperaba que nuestra delegación llegara a la treintena de títulos, aunque quizás el pronóstico oficial fue un poco conservador.
Lo mejor para nuestro país en Santiago 2023 estuvo en cuatro deportes: la lucha, el atletismo, el judo y el tenis de mesa. Comencemos por la lucha, que año tras año se convierte en nuestro caballo de batalla. Duplicaron el pronóstico con ocho títulos, y no solo eso: ganaron 16 medallas con 18 competidores.
La lucha libre femenina en una actuación histórica ganó los juegos, la grecorromana arrasó en la última jornada con cuatro coronas, y la libre no se quedó lejos con dos títulos de sus luchadores más experimentados. Todo lo que se diga de la lucha es poco. Sus atletas merecen la mayor atención y fogueo rumbo a París 2024.
El deporte rey fue otro que robó los aplausos con siete medallas de oro, para dejar lejos un pronóstico sumamente conservador de un título. Espectaculares los relevos femenino y Yunisleidy de la Caridad García con sus tres medallas. Muy bien los triplistas y Luis Enrique Zayas que cumplieron con su favoritismo, así como Sahily Diago con su éxito en los 800 metros. Tercer lugar por países y 18 preseas hablan de la buena actuación de este deporte.
El judo fue otro deporte con una actuación fenomenal. Seis medallas doradas de tres previstas ratifican su excelente labor. A los tres consagrados Idalis Ortiz, Iván Silva y Andy Granda se sumaron Mailyn del Toro, quien repitió su corona de hace cuatro años y la jovencita Idelannis Gómez, quien tuvo una competencia espectacular. Y hay que hablar del título en el por equipos mixto, y la labor de Granda, quien empató el duelo ante el experimentado brasileño Rafael Silva, y unos minutos después repitió la dosis para decidir el duelo. Sobresaliente para el judo.
Lo del tenis de mesa fue fabuloso. Nunca se habían ganado dos títulos en estas citas, y hacia 36 años que no se conseguía una corona. Desde Mar del Plata 1995 no se llegaba a una final panamericana, y tampoco un jugador había llegado a discutir la corona en la lid individual.
Además, el saldo fue redondo con la segunda clasificación olímpica consecutiva para Daniela Fonseca y Jorge Moisés Campos. Más no se le puede pedir a un deporte que mantiene un excelente trabajo en todos sus frentes. Bárbaro Oliva es uno de los referentes en el trabajo de los dirigentes deportivos.
Lo peor para Cuba estuvo, indiscutiblemente, en la discreta actuación de sus deportes colectivos. Solo se salva la plata obtenida por la dupla de voleibol de playa, que para muchos no clasifica como disciplina colectiva.
Decepcionante la labor del voleibol femenino, último lugar y sin ganar un set, y el béisbol, repitiendo el sexto lugar de hace cuatro años, así como del voly masculino que no pudo ganarle a Colombia en la discusión de las preseas de bronce. Tampoco se salvan las restantes disciplinas con actuaciones grises que las ubicaron del quinto al octavo puesto en todos los casos.
Habrá que revisar el trabajo en los deportes colectivos para buscar las causas de un notable descenso, que resulta alarmante en un país que se vanagloriaba de la calidad de la mayoría de sus equipos al nivel del área. Y es en todos, lo que lanza un SOS urgente para nuestro movimiento deportivo.
Por último, hay que hablar del aporte dorado de las pesas con siete récords nacionales incluidos, el remo, el canotaje (fenomenal José Ramón Pelier ganándole con solvencia a un campeón olímpico), el boxeo, que otra vez se quedó a deber y ya muchos cuestionan su calificativo de buque insignia, y el tiro deportivo. No podemos desdeñar el histórico bronce de Taymara Oropesa, la contribución de dos disciplinas menos mediáticas como el kárate y la pelota vasca con par de medallas de plata en cada caso, así como del boleto olímpico del pentatleta Marco Antonio Rojas.
Termina Santiago 2023 con el objetivo cumplido. Los deportistas cubanos, verdaderos héroes desde su trinchera, nuevamente nos regalaron actuaciones de lujo. Que las metas logradas no nos hagan dormirnos en los laureles. París 2024 es harina de otro costal