La victoria de Cuba frente a la invasión de unos mil 500 mercenarios armados, entrenados y trasladados a la mayor de las Antillas por Estados Unidos, expresó la determinación del país caribeño para defender su socialismo.
Playa Girón y Playa Larga, en Matanzas, fueron los sitios escogidos para el desembarco de la Brigada de Asalto Anfibio 2506 adiestrada por la estadounidense Agencia Central de Inteligencia en Guatemala. La agresión confirmó al mundo las intenciones del Gobierno norteño respecto a la Revolución Cubana.
Un día antes del suceso, en el sepelio de las víctimas de los bombardeos contra varios aeropuertos cubanos, el Comandante en Jefe Fidel Castro proclamó el carácter socialista del proceso y llamó al pueblo al combate contra la inminente embestida armada.
En menos de 72 horas, las fuerzas del Ejército Rebelde y la Policía Nacional Revolucionaria junto al pueblo organizado, propinaron una derrota humillante a los invasores.
Se frustró así el propósito enemigo de ganar una “cabeza de playa”, instaurar un gobierno provisional (ya nombrado en Estados Unidos) y justificar una intervención militar directa de esa potencia norteña para derrocar al gobierno cubano.