
Planificar juntos el desarrollo y construir una comunidad de futuro compartido es el tema central de la IV Reunión Ministerial del Foro China–CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), que se celebra en Beijing.
El evento – que celebra 10 años desde su lanzamiento oficial en la capital de China en 2015– permitirá al gigante asiático y América Latina y el Caribe abordar las estrategias de desarrollo y los desafíos comunes, fortalecer la voz colectiva del Sur Global en pro de la solidaridad y la autosuficiencia, transmitir estabilidad en un contexto de incertidumbres , alinear las estrategias de desarrollo y promover la conectividad entre los pueblos de ambas regiones.
Canciller cubano destaca nexos China-CELAC frente a presiones de Estados Unidos
Bruno Rodríguez Parrilla rechazó los intentos de Estados Unidos de reconfigurar el sistema internacional basándose en presiones, amenazas e imposición de aranceles y otras herramientas punitivas, lo cual afecta las relaciones político-comerciales globales.
Subrayó que el Foro China-Celac, ha evolucionado como un espacio efectivo para concertar y profundizar las relaciones entre ambas partes. El jefe de la diplomacia cubana apuntó que en la actualidad la mayoría de los países latinoamericanos y caribeños mantiene relaciones diplomáticas con Beijing basadas en el respeto mutuo y colaboraciones con beneficios tangibles.
«En contraposición, el gobierno de los Estados Unidos promueve la guerra comercial y arancelaria a nivel global, en especial contra China, y amenaza a países que legítimamente tienen proyectos de desarrollo económico con empresas de ese país», declaró.
Instó a transformar palabras en acciones concretas, financiamiento accesible y mecanismos ágiles de cooperación.
«Construyamos juntos un mundo más justo y equitativo, donde las aspiraciones de desarrollo de nuestras naciones no sean una quimera, sino un derecho realizado y evidenciado en la prosperidad de nuestros pueblos», concluyó el jefe diplomático.
Lula llama a unidad de América Latina
«Ningún país puede salir adelante por sí solo», enfatizó el presidente brasileño, Luis Inácio Lula da Silva, al subrayar que América Latina y el Caribe deben trabajar unidos para superar los desafíos históricos.
En opinión de Lula, América Latina tiene ante sí una encrucijada: seguir siendo una región marcada por la pobreza o convertirse en un polo de desarrollo sostenible, inclusivo y justo. El mandatario llamó a evitar errores cometidos en 500 años de historia como la explotación y confrontación entre bloques.
Agregó que la región debe abogar por un orden multipolar donde los países en desarrollo tengan voz y voto en los asuntos globales, al tiempo que se refuerza el mecanismo de diálogo Sur-Sur.
Lula enfatizó en la importancia de articular políticas comunes y facilitar la libre circulación de bienes y servicios en ALC para aprovechar mejor iniciativas como la Franja y la Ruta que promueven el desarrollo de carreteras, ferrocarriles y redes digitales.
«La prosperidad a largo plazo exige economías sólidas y equilibradas. América Latina y el Caribe buscan reducir las asimetrías económicas y sociales mediante políticas integradoras y colaboraciones internacionales», resaltó.
En este sentido, dijo que la cooperación con China puede contribuir al fortalecimiento de la industria local y fomentar la innovación tecnológica.
«El desarrollo de tecnologías digitales e inteligencia artificial no debe convertirse en un privilegio exclusivo de unos pocos países», opinó.
De acuerdo con Lula, una transición hacia economías bajas en carbono requiere acceso universal a tecnologías limpias, especialmente en regiones vulnerables como América Latina y el Caribe.
Dilma Rousseff: «América Latina y el Caribe deben reconstruir su propio tejido social»
La presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) Dilma Rousseff, destacó que las relaciones políticas-económicas entre América Latina, el Caribe y China reflejan una visión autónoma, inclusiva y basada en el respeto mutuo.
«Esta integración debe ser liderada por los propios países latinoamericanos y caribeños, sin tutelas externas, promoviendo la diversidad cultural y política, y fundamentándose en principios de igualdad y soberanía», enfatizó.
Rousseff recordó que el Nuevo Banco de Desarrollo fue creado con el objetivo de apoyar proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible en los países emergentes.
De acuerdo con la titular, en la década transcurrida desde su fundación, el NBD financió iniciativas clave en educación, lucha contra la pobreza, comercio internacional, cultura, fortalecimiento educativo y transferencia tecnológica.
«Entre 2015 y 2024 el comercio entre los países del grupo Brics y China creció significativamente, pasando de 233 millones a 516 mil millones de dólares estadounidenses, lo que representa un crecimiento promedio anual del 9,2 por ciento», agregó.
Por otro lado, opinó que potencias tradicionales intentan mantener monopolios tecnológicos mediante barreras altas y limitar el acceso de otros países al conocimiento científico y técnico.
“Es vital construir ecosistemas de innovación donde investigación, empresas y políticas públicas trabajen juntas para transformar ideas en soluciones prácticas”, afirmó.
Rousseff enfatizó que América Latina y el Caribe deben reconstruir su propio tejido social y político para superar desafíos como la desigualdad y la trampa del ingreso medio.
“Para eso, necesitamos industrialización, innovación y fomento productivo, basados en la capacidad humana de crear y transformar”, aseguró.
Lejos de ser una instancia internacional más, el Foro China-CELAC opera como un modelo de gobernanza multipolar, integrando diversas agendas regionales para equilibrar influencias externas y proyectar una voz regional unificada que reflejen los intereses del sur global.
En un orden internacional crecientemente fragmentado en bloques, la fortaleza del Foro China-CELAC reside en consolidarse como un modelo de cooperación Sur-Sur con una visión inclusiva; un actor clave en la promoción de la cooperación en diversos ámbitos, ya sea diplomático, económico, político, tecnológico, cultural y académico; y un pilar fundamental en la construcción de una Comunidad de Futuro Compartido China-ALC.
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