
Cuba recuerda, este 31 de julio, el quinto aniversario de la desaparición física de Eusebio Leal Spengler, quien fuera Historiador de la Ciudad Maravilla, al parafrasear al cantor con su adagio “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.
Eusebio Leal descolló pura cubanía, cuan intelectual, político, ensayista, investigador e historiador de La Habana, Doctor en Ciencias Históricas de la Universidad de La Habana, Máster en Estudios sobre América Latina, el Caribe y Cuba, y especialista en Ciencias Arqueológicas.
Vocación y empeño, marcaron sus derroteros, impronta signada por desvelos constantes y apasionados en ver deslumbrante a su Habana de siempre, una capital añeja valorada por muchos cubanos y amigos foráneos de excelsa e icónica.
En 1981 se le confirió la responsabilidad de conducir las obras del Centro Histórico. La Habana para Leal se convirtió en sinónimo de sabiduría, ciudad embrujada, por sus barrios y contornos, sus antiguos muros, epicentro del país, un tanto engreída y desplantada por otros.
Leal se propuso y consiguió en buena medida darle un giro total a sus contornos, transformador insatisfecho logró cambiar el contexto social y cultural de La Habana Vieja, declarada por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Muchos fueron los grados científicos conferidos al eminente erudito, entre ellos, Maestro en Estudios sobre América Latina, el Caribe y Cuba.
Fue merecedor de múltiples condecoraciones, como doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y por la Universidad Central de Chile, posee la Orden del Libertador Simón Bolívar, Venezuela, la Gran Cruz de la Orden de Carlos III y la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, de España.
También le fue conferida la Gran cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio, así, como la Orden de las Artes y las Letras de Francia, entre tantas que conquistó en su andar por los orígenes de la historia de su ciudad, además, de su excelso discurso, fecundo y de gran belleza lírica.
Dejó obras literarias importantes, entre ellas, Regresar en el tiempo, Detén el paso caminante, Verba Volant, y Poesía y palabra (I y II).
Con su partida física, el pueblo de Cuba recuerda al historiador sin descanso, al hombre que apostó por darle a su ciudad y a su patria un sello distintivo reconocido más allá de nuestras fronteras.
Los restos del doctor Leal Spengler descansan en el Jardín Madre Teresa de Calcuta, al fondo de la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís, en la Habana Vieja. Sin embargo, su mayor y principal legado quizás sea el de demostrarle un profundo amor a su ciudad a través de su restauración; retomar obras antiguas y devolverles su vida.
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