Por: Alicia Cascarret
El programa Entrevista le propone esta semana un diálogo con la única softbolista cubana perteneciente al Salón de la Fama Internacional en esa especialidad deportiva: Luisa Medina, quien junnto al periodista Duanys Hernández nos cuenta sobre su vida profesional y personal.
Medina durante 22 años consecutivos formó parte de los equipos Cuba de softbol.
De su amor por el deporte cuenta se inició desde temprana edad en gimnasia rítmica junto a sus hermanas, transitando con posterioridad por el atletismo, voleibol y “como pasadora llamé mucho la atención. Precisamente mi primera medalla de oro fue en voleibol en competencia inter pre”.
La entrevistada se refiere a los entrenadores que tuvo, a los cuales recuerda con mucho cariño.
Se inicia en softbol, a inicio de la década del 80, porque su gran aspiración era estar en el equipo nacional. “Lo más difícil es el bateo…Eso será siempre lo más difícil en softbol”.
Medina dijo que con la práctica logró que la bola llegara más rápido “Mi brazo era menos potente, pero llegaba más rápido”.
Recuerda que en su primer juego todas las bolas se le fueron por debajo de los pies y eso le resultó frustrante, pero siguiendo las instrucciones de sus entrenadores mejoró “no se me fue ni una. Desde ese primer momento hasta el final no dejé la receptoría”.
En 1982, en los Juegos Centroamericanos de La Habana se enfrentan con equipos de gran prestigio en el área, Puerto Rico, Curazao y las otras islas. “Fue una experiencia traumática y a la vez de satisfacción de romper el hielo”. Eran atletas procedentes de otras disciplinas las que participaron en esos juegos.
Al cabo de los años fueron formados atletas directamente especializados en softbol. En la propia década de los 80, en 1988, en los Centroamericanos de Curazo, la impulsó a continuar practicando ese deporte. Allí obtuvo el trofeo como mejor receptora. “Fue el motor impulsor para seguir practicando el deporte”.
Con ocho años de práctica llegan a obtener la victoria frente a Puerto Rico, en los Centroamericanos de México, país que tenía la hegemonía en el área. “Nos dimos cuenta que podíamos luchar a cualquier nivel. Ese va a ser la época, el año, el torneo del deporte nuestro. Puerto Rico nunca había perdido ningún juego”.
El periodista hace un recuento de las medallas obtenidas por el equipo en la década del 90: La Habana, Mar del Plata y Winnipeg.
“Logramos estar en el podio a nivel panamericano, nos costaba trabajo en los juegos múltiples ganarle a Canadá. Pero pudimos mantener el podio a nivel Panamericano”.
Los dos hablan sobre los diferentes eventos como el de Venezuela, el pre olímpico de 1999, en este últmo se logró un solo jonrón “Nada, cosas que pasan, mi físico nunca fue para jonrones. Tuvimos atletas con reconocimientos. “Llegar a una olimpiada, verse allí en medio de atletas de todos los deportes de élite es una satisfacción tremenda”.
En Sídney obtuvieron el séptimo lugar, el eqipo psicológicamente no estaba preparado: “si el equipo hubiera estado completo como estaba previsto, nosotros hubiéramos obtenido medalla”.
La entrevistada estuvo 22 años en activo en esa disciplina deportiva. Y dijo: “Me retiro y le doy paso a las jóvenes”. Más adelante agregó: “va a ser siempre para mí de una satisfacción tremenda”.
Luego de su retiro pasó a colaborar por temporada en Italia como entrenadora de beisbol y softbol y en la Liga Europea.
Salta al Salón de la Fama del softbol mundial en el 2013 junto a otros dos cubanos; ella es la única mujer que lo logra. “Por su dedicación como jugadora, contribuyendo al desarrollo y crecimiento del softbol mundial, eligiéndola al Salón de la Fama ISF. En el año 2013”. Así reza en la certificación.