La industria biotecnológica cubana desarrolló dos de los fármacos empleados con efectividad durante el tratamiento del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19, aseguraron autoridades sanitarias de la isla caribeña a la prensa local.
Se trata del CIGB-258, un péptido diseñado para disminuir los procesos inflamatorios, y el anticuerpo monoclonal Itolizumab (Anti-CD6) ambos con demostrada efectividad para la sobrevida de pacientes de la COVID-19 críticos y graves en Cuba.
Hasta el presente 52 pacientes fueron tratados con el CIGB-258, producido por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, lo cual garantizó la sobrevida del 78 por ciento de los pacientes en estado crítico.
Mientras del total de los pacientes graves el 92 por ciento de los tratados con la solución lograron sobrevivir, hecho que denota un significativo contraste con las estadísticas del mundo, donde la media de sobrevida del paciente grave es de un 20 por ciento.
En tanto, el anticuerpo monoclonal del Centro de Inmunología Molecular, el Anti-CD6, fue aplicado a pacientes positivos en coronavirus SARS-CoV-2 (mil 916 en el país), y con su aplicación el 80 por ciento de los graves lograron sobrevivir, muchos de ellos ya de alta clínica.
Fuentes del ministerio de Salud Pública de Cuba aseguraron que los fármacos están aprobados por el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos, el organismo regulador de la isla caribeña para aplicación de las modalidades terapéuticas nuevas.
Los medicamentos son dos éxitos del potencial científico del país, con buenos resultados en una enfermedad para la cual no se ha encontrado la cura aún, y muestran una efectividad importante sobre los pacientes graves y críticos, los más difíciles de salvar, puntualizó el director nacional de epidemiología, Dr. Francisco Durán García.
Además del uso de estas modalidades terapéuticas resaltó la realización de otras acciones como parte de los protocolos de tratamiento, incluso para las personas sin diagnosticar con el SARS-CoV-2.
Durán recordó que el plasma sanguíneo de pacientes recuperados de la COVID-19 también se emplea en Cuba para salvar a pacientes en estado grave.
Para donante de plasma se acepta a toda persona que haya tenido la enfermedad y se haya recuperado, manifestó; se estiman al menos 21 días después de negativizado, con un estado inmune y psíquico competente, sin otras enfermedades y con disposición para donar, agregó.