
Una delegación cubana, encabezada por el Vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa, participó en la mañana de este 18 de mayo en la entronización del Papa León XIV efectuada en la vaticana Plaza de San Pedro.
La comitiva cubana, que asistió a la ceremonia en nombre del Estado, el Gobierno y el pueblo de la nación caribeña estuvo integrada además por Caridad Diego, jefa de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista, y el viceministro de Relaciones Exteriores, Elio Rodríguez.
Como parte de la visita, Valdés Mesa fue recibido por el nuevo Sumo Pontífice, a quien le reafirmó la voluntad de su gobierno de continuar trabajando para fortalecer las relaciones entre Cuba y la Santa Sede, como previamente expresó en un mensaje el presidente de esa nación antillana, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
El solemne acto religioso inició a las 10:00, hora local, de este domingo, con la presencia de 156 delegaciones extranjeras, incluidos numerosos jefes de Estado y Gobierno, así como con la asistencia en general de unas 250 mil personas.
El Santo Padre recorrió a las 09:00, hora local, la plaza en el papamóvil para saludar a la multitud y, antes de la celebración eucarística, se trasladó, junto a los patriarcas de las Iglesias Orientales, a la tumba de San Pedro ubicada bajo la Basílica Vaticana, donde se detuvo en oración.
Al final de la proclamación del Evangelio, tuvieron lugar los ritos de iniciación, donde el cardenal italiano Mario Zenari le impuso a León XIV el Palio, mientras que el arzobispo congoleño Fridolin Ambongo Besungu pronunció la Oración y el eclesiástico filipino Luis Antonio Tagle le colocó el Anillo del Pescador.
En la homilía pronunciada durante la misa, el nuevo Obispo de Roma recordó al Papa Francisco, cuya muerte el pasado 21 de abril “llenó de tristeza nuestros corazones”, y destacó como las dos dimensiones fundamentales de su Pontificado al amor y la unidad
“En nuestro tiempo, todavía vemos demasiada discordia, demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo a lo diferente y un paradigma económico que explota los recursos de la Tierra y margina a los más pobres”, aseveró.
En tal sentido, manifestó que “quisiera que fuera nuestro primer gran deseo una Iglesia unida, signo de unidad y de comunión, que se convierta en fermento de un mundo reconciliado”.
La representación cubana que participó en esta celebración eucarística arribó a Roma en la noche del pasado 16 de mayo y, como parte de sus actividades, junto a los embajadores ante Italia y la Santa Sede, Mirta Granda y René Mujica, respectivamente, rindieron homenaje en la mañana del sábado último al papa Francisco.
Valdés y los miembros de su delegación, colocaron rosas blancas a quien fue un amigo sincero del pueblo de la nación antillana, en su sencilla tumba ubicada en la Basílica de Santa María la Mayor.
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