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Cuba: la pequeña gran olímpica

Por: César Gómez Chacón

Cuando el viernes 26 de julio de 2024 el río Sena y la Torre Eiffel den la bienvenida a los atletas que participarán en los XXXIII Juegos Olímpicos de verano, la bandera cubana volverá a ondear en la cita que cada cuatro años reúne a los mejores deportistas del mundo.

El boxeador Julio César La Cruz y la judoca Idalis Ortíz, campeona olímpica en Londres 2012, llevarán el estandarte de la estrella solitaria en representación de los 61 deportistas (34 hombres y 27 mujeres) de la mayor de las Antillas, cuya aspiración es colocarse entre los primeros 20 países en el medallero olímpico de París 2024.

Historia para respetar

Cuba hace su debut en la segunda olimpiada celebrada en París en 1900, y en ellos el esgrimista Ramón Fonst alcanzó la medalla de oro en espada individual y plata en espada profesional. Ochenta años después, la jabalinista María Caridad Colón se alzó con el oro en Moscú 1980. Fonst y Colón fueron los primeros titulares olímpicos cubanos en ambos sexos, y también de Latinoamérica.

Fuentes diversas arrojan estadísticas inexactas. Pero he aquí un acercamiento. En total, el archipiélago caribeño ha participado en 20 ediciones de los Olímpicos hasta Tokio 2020. No estuvo presente en los juegos de 1908, 1912, 1920, 1936, 1984 y 1988. Con una cosecha de 84 medallas de oro, 69 de plata y 62 de bronce, Cuba es el país hispanohablante más laureado bajo los cinco aros, y ocupa el lugar 18 en el medallero histórico.

Fue el triunfo revolucionario del 1ro de enero de 1959 y el empeño del nuevo gobierno por fomentar la práctica deportiva y convertir el deporte en derecho del pueblo, lo que marcó el camino de los innegables triunfos olímpicos cubanos.

En los XVIII Juegos efectuados en Tokio en 1964, con una delegación de 27 atletas, Enrique Figuerola gana plata en la final de los 100 metros planos y Cuba retornó al medallero olímpico después de una “sequía” de casi 60 años.

Tras las preseas doradas que nuevamente conquistó Fonst en 1904, Cuba tuvo que esperar 68 años, hasta Munich 1972, para subir nuevamente a lo más alto del podio, honor bien ganado por el boxeador Orlandito Martínez. En esos juegos se ocupó el puesto 14, un gran salto desde el lugar 31 alcanzado en México 68.

A los obstáculos que supone la falta de recursos en comparación con las grandes potencias del deporte, los atletas cubanos de ambos sexos, a golpe de tesón y en múltiples ocasiones de verdaderas hazañas, labraron el camino victorioso hasta hoy.

El récord en el medallero fue en Barcelona 1992, cuando, con un equipo 190 deportistas, la isla sumó un total de 31 medallas: 14 oros, 6 platas y 11 bronces, y se ubicó en el quinto lugar por países.

En la últimas olimpiadas de Tokio, Cuba, con la menor delegación deportiva de los últimas ediciones, superó sus actuaciones de Río, Londres y Beijing con 7 preseas de oro, 3 de plata y 5 de bronce y se ubicó entre las primeras 15 naciones entre las 93 que obtuvieron al menos una medalla de bronce.

Algunos nombres y hazañas

Es interminable el listado de cubanas y cubanos y disciplinas deportivas individuales y colectivas que a lo largo de estos años, desde 1959 a la fecha, se inscribieron en los anales de las citas olímpicas. Veamos algunos de ellos:

En el boxeo, deporte dominado por décadas, Cuba acumula una lista impresionante de campeones y medallistas olímpicos. Teófilo Stevenson, el mejor pugilista criollo de todos los tiempos, obtuvo el oro en Múnich 1972, Montreal 1976 y Moscú 1980. A la par se inscribe Félix Savón, quien logró encadenar tres títulos en Barcelona 1992, Atlanta 1996 y Sídney 2000. Julio César La Cruz, llega ahora a París con sus oros en Río 2016 y Tokio 2020, en busca de igualar la hazaña de sus dos compatriotas.

Le siguen en el medallero el judo, la lucha y la esgrima y sus campeonas y campeones. En el beisbol, deporte nacional, la escuadra criolla acumula 3 oros y dos platas olímpicas.

De leyenda son las “Espectaculares Morenas del Caribe”, la selección femenina de voleibol logró la gloria olímpica con sus oros en Barcelona 1992, Atlanta 1996 y Sídney 2000. Entre ellas destaca Regla Torres, quien ostenta el título de mejor jugadora de voleibol del siglo XX, pero sin dudas la más espectacular de las morenas fue y es Mireya Luis.

Alberto Juantorena, el elegante de las pistas, ganó en Montreal 1976 sendas medallas de oro, en 400 y 800 metros planos, dos distancias bien diferentes, una de velocidad y otra de medio fondo. Fue la primera persona en lograr tal hazaña hasta hoy irrepetible.

Filiberto Azcuy, en lucha grecorromana, subió también dos veces al Olimpo, en Atlanta 1996 y en Sydney 2000. Es el único gladiador de la historia en titularse en una división más pequeña que en la que debutó.

Driulis González, estuvo en el tatami del judo olímpico en cinco ocasiones, de ellas cuatro medallas, una de oro (Atlanta 1996), una de plata (Sidney 2000) y dos de bronce (Barcelona 1992 y Atenas 2004).

Son muchos y muchas más. La lista es casi interminable, como sin punto final es aún la historia de éxitos cubanos en las citas olímpicas de los últimos sesenta años.

Se suman a ellos los atletas paralímpicos, quienes han tejido también una bella historia desde Barcelona 1992 a Tokio 2020, y cuyo mayor exponente es la corredora con discapacidad visual Omara Durand, dueña de 8 centros olímpicos. Es también una leyenda viva, que en París 2024, con todo merecimiento, portará en sus manos la bandera invicta de la estrella solitaria.

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