Como cada año, el mundo celebra el Día Mundial Contra la Lepra, con el objetivo de recordar y visibilizar a la enfermedad, así como reducir el estigma contra quienes padecen ese mal, de manera que la humanidad tome conciencia sobre dicho padecimiento.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó esta afección dentro de las Enfermedades Tropicales Desatendidas (ETD), cuyo número es superior a 20. A través de este órgano internacional se crearon programas cuya función es distribuir medicamentos para combatir a este grupo de dolencias.
Aunque la lepra se debe a una infección causada por la bacteria Mycobacterium leprae, esta no se propaga con facilidad. Puede provocar úlceras cutáneas, daño neurológico y debilidad muscular que empeora con el tiempo. Además los niños son más propensos que los adultos a contraerla.
La mayoría de las personas que entran en contacto con esos microorganismos no desarrollan la enfermedad. Esto se debe a que su sistema inmunitario es capaz de combatir el ataque invasor.
En Cuba, desde 1993 la lepra dejó de ser un problema de salud. Sin embargo, cada año se notifican nuevos casos en todas las provincias, en ambos sexos y a cualquier edad.
El país está inmerso en la ejecución de una estrategia mundial hasta 2030 contra este padecimiento y está enfrascado en generar acciones que permitan avanzar hacia la interrupción de la trasmisión y lograr llegar a lepra cero.
En días pasados, la mayor de las Antillas realizó la XXXIII Jornada Nacional de Lepra, momento para una actualización sobre esa enfermedad, y debatir las novedades en materia de tratamiento que existen actualmente en el mundo.
Los retos se dirigen en fortalecer la vigilancia, mejorar la prestación de los servicios, desarrollar acciones que promuevan entornos incluyentes y capacitar de forma continua al personal sanitario, pacientes, familiares y la comunidad en general.
Fuente: Sitio web del Ministerio de Salud de Cuba, Prensa Latina