Cada 4 de enero, según decreto de las Naciones Unidas, se celebra el Día Mundial del Braille para crear una mayor conciencia respecto a su importancia en la comunicación de las personas ciegas y con deficiencia visual. La fecha elegida para la conmemoración coincide con la del nacimiento del francés Louis Braille, creador de ese sistema de escritura y de lectura táctil.
Según los artículos 21 y 24 de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, el uso del braille interviene en los contextos de la libertad de expresión y opinión, el acceso a la información y la comunicación escrita, así como en la educación de las personas con discapacidad visual.
En la Mayor de las Antillas, la enseñanza de este sistema es promovida por la Asociación Nacional del Ciego de Cuba (ANCI). Sin embargo, las niñas y los niños con discapacidad visual lo aprenden desde edades tempranas, como parte del programa cubano de educación especial.
Precisamente este 4 de enero se conmemora también el aniversario 60 de la Educación Especial en Cuba, una de las ideas más nobles y optimistas de Fidel Castro, líder de la Revolución.
Antes del triunfo revolucionario de enero de 1959, apenas ocho centros con una veintena de docentes atendían a 134 niños con necesidades especiales. En la actualidad esa realidad es muy diferente: más de 32 mil escolares reciben los beneficios de esta enseñanza dentro del Ministerio de Educación (Mined) y 334 escuelas con 14 mil profesionales pertenecen al programa.
El sistema cuenta, además, con 608 maestros ambulantes para la atención a mil 651 niñas y niños que no pueden llegar a las escuelas.
El tratamiento especial por parte del Ministerio de Educación Superior a estudiantes con discapacidad también resalta dentro del programa de la educación especial cubana. Esto ha posibilitado que en la última década, más de 1 500 estudiantes con discapacidad visual, auditiva y físico- motora opten por carreras de nivel superior.
Este programa es mucho más que escuelas, concebido como una obra de infinito amor, enriquecido por el empleo de recursos necesarios y novedosos, así como el apoyo y creatividad que requiera cada caso. Por: Laura Lopez Montoto.