Con la habitual manipulación del sistema político de los Estados Unidos, un par de congresistas anticubanos lograron que el partido republicano aprobara en la Cámara de Representantes, donde tiene mayoría, una legislación sobre gastos del Departamento de Estado que está dirigida a perpetuar la arbitraria e injustificada calificación de Cuba como Estado que supuestamente patrocina el terrorismo.
El hecho implica en términos prácticos que, de consumarse, se prohibiría a ese Departamento el gasto de recursos financieros para dejar de mentir, o sea, para corregir la injusta calificación de Cuba, en la eventualidad de que la Casa Blanca se dispusiera a hacerlo, algo sobre lo que no hay el más mínimo indicio.
Múltiples gobiernos y voces de la comunidad internacional, en especial de América Latina y el Caribe, y diversas organizaciones políticas y sociales de los propios Estados Unidos han reclamado desde hace años al gobierno estadounidense que corrija esa injusticia, y lo han hecho reiteradamente, incluso en los últimos días y semanas.
La respuesta de los legisladores anticubanos, haciendo uso de métodos corruptos y gansteriles que son conocidos, ha sido movilizar al conjunto de la delegación republicana en la Cámara para aprobar esa legislación. Se aprovechan de la conducta hipócrita y demagógica del actual gobierno estadounidense, que ha mantenido la injusta designación como herramienta agresiva de máxima presión económica contra el nivel de vida de los cubanos.
La conducta, tanto de los legisladores anticubanos, como del propio Departamento de Estado, es indicativa del desprecio de los políticos estadounidenses, ante todo, hacia la verdad; pero también hacia el más mínimo sentido de justicia, y hacia las expresiones y reclamos de todos aquellos que en el mundo y dentro de los Estados Unidos han confiado durante mucho tiempo en que el actual gobierno demócrata haría lo correcto ante argumentos lógicos, justos e irrebatibles.
Fuente: Cubaminrex