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Calor humano y hermandad cubana (+Fotos)

Por: Vilma V. Hernández Vázquez

Las lluvias y vientos asociados al huracán Rafael, tras su paso por Cuba, trajeron consigo daños materiales, aunque no humanos. En un recorrido por algunas calles y con la colaboración de muchos reporteros, pudimos constatar las cuantiosas afectaciones: derribo de árboles totalmente de raíz, otros solo con desprendimientos de sus ramas, cables telefónicos y tendidos eléctricos obstruían pasos peatonales y de tránsito en varias arterias, consejos populares y municipios de la capital, así como en otras provincias.

Rafael aún ocupa los pensamientos y acciones de las autoridades cubanas, especialmente con la situación del fondo habitacional de la capital. Los derrumbes totales y parciales, tanto en viviendas como en edificaciones antiguas, pero habitadas, quedaron como resultado del paso de este fenómeno hidrometeorológico por la Isla. Los cubanos que han vivido estos desastres y lo han perdido todo no olvidarán lo sucedido; en ellos quedarán huellas difíciles de borrar.

Por otra parte, los embalses del país se beneficiaron con el paso de Oscar y Rafael, ya que los escurrimientos aportaron millones de metros cúbicos de agua, lo que permite una cobertura hídrica que respalda los períodos de grandes e intensas sequías que atraviesan muchos territorios cubanos.

Fotos: Vilma V. Hernández Vázquez / RRSS

Las acciones de recuperación no esperan

Al despertar en la mañana del miércoles, las acciones de recuperación no esperaron. Al canto del gallo, jóvenes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), brigadas del Ministerio de la Agricultura y linieros de las UEB Eléctrica se dieron cita en las calles habaneras para realizar trabajos de recogida de desechos sólidos, escombros y podas, además de revisar líneas, transformadores y aislantes. También llevaron a cabo labores de desobstrucción de alcantarillados, entre muchas otras.

El calor humano, la solidaridad y la responsabilidad no esperan cuando se trata de levantar a un pueblo que aún sufre los estragos de un férreo bloqueo, el cual le impide tener una vida tranquila, con los servicios necesarios e imprescindibles para vivir como seres humanos.

Los fenómenos meteorológicos y naturales causan mucho daño y estragos, pero si tuviésemos combustible y moneda dura para acceder a cualquier mercado en el mundo, los cubanos seríamos más felices. Todo ello contribuiría a mejorar la economía del país y nuestros derechos como ciudadanos de esta hermosa Isla antillana.

//yma

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