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Béisbol desde Cuba en el 2024

Foto: WBSC

Por: Carlos Durán de la Cruz

La mayor pasión deportiva de carácter nacional, y un símbolo cultural, el béisbol, no vivió un año de muchas glorias internacionales. La mayoría de las que llegaron no fueron desde una mirada clásica.

Lo más destacado, sin cuestionamientos de ninguna índole, llegó mediante el Béisbol 5. En el mes de octubre transcurrió la segunda edición de la Copa Mundial para esta joven modalidad que sigue creciendo por el mundo. Hong Kong fue la sede.

Allí, los antillanos, dirigidos por Pablo Terry, extendieron su hegemonía de manera invicta, aunque cedieron un parcial en el desafío contra Japón en la ronda inicial. Pero la escuadra hizo los ajustes y barrió al elenco nipón en la disputa del oro. Briandy Molina y Haila González fueron los jugadores más valiosos del torneo.

El otro premio dorado a las vitrinas cubanas lo aportó el béisbol para ciegos, una modalidad de menor práctica, pero donde los de la mayor de las Antillas coronaron su ascenso.

La cita del orbe fue en Gran Bretaña, y allí sorprendieron en la final a los anteriores monarcas, los italianos, para dar una gloria sin antecedentes al béisbol nacional. Maikel Merino fue el más valioso del torneo.

En el resto de las presentaciones internacionales como selección, Cuba apenas logró dos medallas, aunque solo una con valor apreciable.

Los chicos del plantel sub-12 años se llevaron el bronce en el Panamericano, dejando buena imagen, y logrando boleto al Mundial del próximo año. Ese mismo metal, correspondiente al tercer puesto, fue el acuñado por el equipo de mayores que fue a la Copa del Caribe, integrado por figuras de primer y segundo nivel en el circuito nacional. Modesto, muy modesto resultado.

Entre las categorías inferiores se llevó una nota media el seleccionado Sub-18, cuarto lugar en el Panamericano, pero logrando el cupo al torneo del orbe. El equipo de menores de 15 años no logró superar la fase de grupos en el certamen continental. Al cierre del año, este equipo ganó el bronce en la Copa del Caribe, de muy bajo nivel.

Y sin dudas, con deudas, dejando huellas de impotencia, nostalgia, y deseos de cambios, la selección nacional absoluta se despidió última de su llave en el Premier 12. Apenas una victoria y cuatro derrotas fue el saldo. Muchos frentes de trabajo deben abrirse para lograr un repunte al máximo nivel.

Cruzando mares, hay otros dos apuntes a destacar sobre peloteros vinculados a la Federación Cubana.

Liván Moinelo y Raidel Martínez hicieron temporada de lujo en el máximo nivel de Japón. Moinelo, subcampeón con los Halcones de Softbank, y líder en promedio de carreras limpias, valor añadido con su premio de Guante de Oro. Por su parte, Raidel, con los Dragones de Chunichi, fue el primero del escalafón en juegos salvados.

Por último, un toque al escenario nacional en clave competitiva. La difícil situación económica, sobre todo con el impacto en los combustibles, afectaron a las categorías inferiores. La Liga Élite, pospuesta para el 2025.

Pero la Serie Nacional sí volvió con buenos matices, más allá de la victoria de Las Tunas por segundo año consecutivo. En la final, los Leñadores despacharon a placer a los Vegueros de Pinar del Río, que habían sido los mejores en la regularidad de la temporada. Matiz destacado, las grandes y constantes concurrencias en algunos estadios, sobre todo en el de los dos finalistas del campeonato. José Amaury Noroña y Danny Betancourt fueron los más destacados junto al novato Ediel Ponce.

Abierta queda la agenda para el 2025, donde se esperan decisiones que ayuden en el rescate del alto nivel, pero también entrega, arraigo, y ojalá espectáculo en los torneos nacionales, de la mejor pasión deportiva a la cubana.

//yma

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