El Presidente de Casa de las Américas, Abel Prieto, advirtió este domingo sobre la intención del mandatario estadounidense, Donald Trump, de centrarse en una guerra cultural.
Trump prefiere centrarse en otra guerra, la cultural. En el discurso en el Monte Rushmore retrató a EE.UU. como un país bajo el asalto de un ‘nuevo fascismo de extrema izquierda’, de ‘gente mala, diabólica’ cuya meta es ‘el fin de América’, comentó el exministro de Cultura de Cuba en su perfil de Twitter.
El presidente de Estados Unidos aprovechó la víspera la celebración de la fiesta nacional del 4 de julio para brindar un discurso en el cual exacerbó al máximo las divisiones políticas y prometió una respuesta contundente contra el ¨nuevo fascismo de extrema izquierda¨ que, según él, se extiende por ¨escuelas, redacciones e incluso los despachos de juntas corporativas¨.
A juicio de Trump, existe una supuesta ‘revolución cultural de izquierda diseñada para derrocar la revolución americana’ y sus protagonistas son ‘gente mala, diabólica’ que busca no una América mejor; sino ‘el fin de América’.
Tales afirmaciones ocurrieron en el Monte Rushmore, ante una audiencia estimada de siete mil 500 personas, sin solicitar distancia social alguna, ni uso de mascarillas sanitarias, pese al apogeo de la pandemia de la COVID-19 en Estados Unidos, una situación que el presidente ignoró por completo.
Casa de las Américas recientemente conmemoró el aniversario 61 de su fundación y a propósito del festejo, Prieto dialogó con Prensa Latina sobre el aporte esencial de esa institución, a su criterio, el mantener viva la gran Patria Latinoamericana desde el punto de vista espiritual y cultural, por encima de las distintas circunstancias políticas.
También hace unos días, Casa de las Américas exhortó a todas las personas de bien a levantar su voz para frenar el avance fascista y exigir el fin del racismo en Estados Unidos y todo el planeta.
El brutal asesinato de George Floyd y las muertes violentas de otros afroestadounidenses, infligidas en medio de las mayores protestas ciudadanas en más de medio siglo, demuestran que el racismo en Estados Unidos funciona como una maquinaria mortífera, totalmente fuera de control, denunció entonces la entidad en un comunicado.
Acostumbrado a dominar por medio de la fuerza y a no rendir cuentas por ello, el sistema es incapaz de controlar sus instintos primitivos, exacerbados desde la llegada de Donald Trump a la presidencia del país, puntualiza el texto.
El comunicado concluye con un llamado a todas las personas de bien a levantar su voz para frenar el avance fascista, exigir el fin del racismo, la opresión y la exclusión social y reclamar igualdad y justicia para todas las víctimas de la discriminación y del odio en Estados Unidos y todo el planeta, ahora y para siempre