Definitivamente para los que asistieron al concierto ofrecido por Adalberto Álvarez y sus invitados en el teatro Karl Marx quedó confirmado que cantar, bailar y contar siempre con el son de este músico, intérprete, compositor y director de orquesta, es un lujo para la historia musical cubana.
Celebrar los 46 años de carrera del maestro sonero y los 35 de la fundación de la orquesta que le acompaña, fueron las principales motivaciones de esta producción, que devino en un homenaje memorable a la obra de quien ha tenido la hazaña de defender el Son, sin hacer concesiones, ni renunciar a la esencia del género musical bailable que representa.
De la misma manera en que no se ha dejado llevar por la moda musical de cada momento vivido, durante todos estos años.
Fotos, proyectadas en las pantallas gigantes de PMM, pertenecientes a la infancia, adolescencia, incluyendo a sus padres, amigos, personalidades de la música nacionales e internacionales con los que ha compartido Adalberto, sirvieron de preámbulo al Septeto Santiaguero, agrupación que con su calidad artística, asumió la apertura musical del espectáculo, interpretando Son para un sonero, todo un clásico que rememoró los inicios creativos del Caballero, que en manos y voces del septeto, alcanzaron nuevos bríos.