Estar en Cuba e interactuar con los investigadores, saber cómo se superan a pesar de las limitaciones y carencias es una experiencia transformadora, consideró hoy Abby Martin, documentalista y periodista norteamericana, tras un encuentro con científicos cubanos en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), en la capital.
Acompañaron a la activista sus compatriotas Manolo de los Santos, fundador y codirector ejecutivo de The People’s Forum, y Benjamin Samuel Becker, editor jefe de Breakthroung News.
Los visitantes conocieron acerca del funcionamiento de la institución y los proyectos más novedosos desarrollados por científicos cubanos, entre los cuales destacan productos como el Heberprot-P, el Heberferon, el Nasalferon y las vacunas contra la COVID-19.
Martin calificó de inspirador escuchar sobre los esfuerzos de la ciencia cubana por preservar la vida, en un mundo en el cual las grandes empresas farmaceúticas entienden la salud como un negocio.
«Existe mucha manipulación al respecto en Estados Unidos y solo cuando participas en estos espacios se puede comprender el humanismo y abnegación que se esconden tras cada logro alcanzado por la comunidad científica cubana, agregó».
Gerardo Enrique Guillén, director de Investigaciones Biomédicas del CIGB, explicó sobre las dificultades provocadas por la política hostil del gobierno de los Estados Unidos al obstaculizar el intercambio profesional y el acceso a recursos, tecnologías y financiamientos necesarios para el avance del sector.
El directivo destacó el aporte del centro a la industria farmaceútica, con la producción de compuestos destinados a usos terapeúticos y de tratamiento contra enfermedades, y el alto compromiso de los jóvenes vinculados a estas labores.
Detrás de la actividad investigativa en Cuba hay mucho de la visión estratégica del Comandante en Jefe Fidel Castro, de impulsar la ciencia con perspectivas, a dar respuesta a los problemas planteados por el subdesarrollo y el desigual orden económico internacional, aseguró.
El CIGB fue inaugurado el 1 de julio de 1986, como un gran complejo investigativo-productivo dotado de equipamiento de punta, capacidades de producción y un prestigioso potencial científico ocupado en la obtención de nuevos productos, con amplias prestaciones en áreas entre las que destacan la salud y la biotecnología.
Con estas actividades asume también la responsabilidad de contribuir directamente en el desarrollo económico y social del país.
(Con información de Cubadebate)