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Día Mundial del Heavy Metal: La Mole habla desde las trincheras del Metal Cubano

Por Alejandro Pérez Zerquera

En el universo del metal extremo cubano, pocos nombres resuenan con tanta fuerza y respeto como el de Alexander Jorge Parra, conocido por todos como La Mole. Con una carrera que comenzó en los turbulentos años 90, ha sido testigo y protagonista de la evolución del metal en Cuba, enfrentando censura, escasez y prejuicios, pero siempre con una convicción inquebrantable.

Vocalista, compositor y fundador de bandas emblemáticas como Morbo, Destrozer y la actual Mephisto, La Mole ha llevado su pasión por el metal más allá de la música, convirtiéndose en un símbolo de resistencia cultural y autenticidad en una escena marcada por la adversidad.

En este Día Mundial del Heavy Metal, Alex Jorge nos cuenta sobre su historia, el significado del género en su vida, la escena actual en Cuba y los proyectos que mantiene viva la llama del metal extremo en la isla.

Hoy celebramos el Día Mundial del Heavy Metal. ¿Qué representa esta fecha para ti como músico y pionero del metal extremo en Cuba?

El Heavy Metal fue mi primer contacto con el mundo del rock. Desde mis inicios, escuché a bandas como Iron Maiden, Def Leppard, Van Halen, AC/DC y Scorpions, y poco a poco me adentré en el thrash metal con grupos como Metallica, Slayer y Helloween. El death metal llegó después, seguido por el black metal, que descubrí más tarde, particularmente con el escándalo de Inner Circle. El metal en general tiene una característica única: nunca muere. Aunque el panorama musical ha cambiado, el metal sigue siendo una fuerza que trasciende el tiempo y las tendencias.

Para muchos, el metal va más allá de un género musical; es una forma de vida. ¿Cómo describes tu relación personal con el metal?

Definitivamente, el metal es una forma de vida. Aquellos que se sumergen en este mundo nunca vuelven a ser los mismos. Si bien es posible que me retire de los escenarios algún día, el metal estará siempre presente en mi vida. A lo largo de los años, he sido testigo de cómo algunos han abandonado el metal por razones superficiales, pero para quienes permanecemos, es algo mucho más profundo. A lo largo de los años, he sacrificado mucho en defensa de este género, y eso, para mí, tiene un valor inmenso.

Iniciaste tu carrera en los años 90, en un contexto cubano complicado para el metal. ¿Qué recuerdas de esos primeros años y de los desafíos que enfrentaste como artista?

La época de los 90 fue difícil. No había recursos ni tecnología, pero al mismo tiempo fue una etapa mágica. Los metaleros éramos rebeldes, una comunidad unida, aunque también estaba la constante amenaza de la censura y la represión. Los fanzines y los flyers eran esenciales para la difusión del metal, y la emoción de los conciertos era palpable. Hoy en día, con el auge de las redes sociales y la digitalización, el panorama ha cambiado, pero esa esencia cruda y visceral del metal de entonces sigue siendo la que más valoro.

Has sido parte de bandas como Morbo, Destrozer y actualmente Mephisto. ¿Qué representan para ti estas etapas en tu evolución como músico?

Cada una de esas etapas ha sido crucial en mi evolución. Morbo fue mi primer contacto con el thrash, Destrozer representó un enfoque más centrado en el death metal old school, y Mephisto me permitió explorar la fusión de elementos de black metal y orquestaciones. Cada banda marcó un paso en mi desarrollo como músico y compositor. Siempre he buscado ir un paso adelante de lo que la escena dictaba en ese momento, y eso ha sido una de mis mayores motivaciones.

¿Qué opinas del estado actual de la escena metalera en Cuba y su proyección internacional?

La escena metalera cubana se encuentra en una situación complicada. La emigración masiva ha afectado a todos los sectores, incluyendo la música.  Además, la influencia de géneros como el reggaetón ha mermado el interés por el rock y el metal.  Los medios y las políticas culturales juegan un papel fundamental en este proceso de desgaste, y muchos de nosotros seguimos luchando para mantener viva la llama del metal en Cuba.

¿Consideras que el metal sigue siendo una forma de resistencia cultural, como lo fue en tu generación, o ha cambiado su significado en la actualidad?

El significado del metal ha cambiado, en gran medida, debido a las transformaciones sociales y culturales. La resistencia que el metal representaba en mi generación se ha visto desplazada por la comodidad de la adaptación al sistema. He visto a muchos músicos de rock y metal en Cuba ceder ante el discurso oficial por una oportunidad en los medios o en escenarios controlados. No se trata solo de un acto de resistencia, sino de una postura ante la vida. Es lamentable ver cómo algunos han cambiado su visión solo por obtener favores del sistema, cuando el verdadero espíritu del metal radica en la autenticidad y en la rebeldía ante lo establecido.

¿Qué define a un verdadero metalero, más allá de la estética o la música?

El verdadero metalero no se define solo por su estética o por su manera de vestir. Conozco muchas personas que visten de manera exuberante, pero que no tienen una conexión genuina con la música. El metal es una actitud ante la vida, es un conocimiento profundo del género y un compromiso con su esencia. Un verdadero metalero escucha, respeta y comprende la música que apoya, no solo la adopta como una moda pasajera.

¿Qué mensaje enviarías a los jóvenes metaleros cubanos que hoy comienzan su camino, en este Día Mundial del Heavy Metal?

Mi mensaje sería claro: no se conformen con lo fácil ni con lo que les imponen. La música tiene un potencial inmenso para cambiar vidas, pero solo si se vive de manera auténtica. Hoy en día, gracias a internet, tienen acceso a una cantidad increíble de música, bandas y estilos que antes eran inaccesibles. No se limiten a lo que está de moda, busquen siempre nuevas propuestas y apoyen a las bandas locales. Además, salgan de la burbuja y experimenten el verdadero espíritu del metal en los conciertos, en las calles, en la interacción real con otros metaleros.

¿Qué proyectos musicales tienes en marcha actualmente y cómo sigues llevando adelante la bandera del metal extremo?

Actualmente, estamos trabajando en el nuevo disco de Mephisto titulado “Kybalion”, que incluirá composiciones inéditas. Además, estoy en proceso de desarrollo de nuevos proyectos, pero el panorama sigue siendo complicado debido a las restricciones económicas y sociales. A pesar de los obstáculos, siempre estaré comprometido con el metal y seguiré creando música, ya sea en Cuba o desde el extranjero, para mantener viva la esencia del metal extremo.

Para finalizar, ¿podrías recomendarnos tres discos o canciones que consideres imprescindibles para cualquier amante del metal que quiera celebrar este Día Mundial del Heavy Metal?

  • “Battle Ballads” de Tyr, una banda de viking metal que combina una gran calidad musical con un enfoque poderoso.
  • “Exul y The Portal of I” de Ne Obliviscaris, una banda australiana que fusiona metal progresivo y death metal de manera sublime.
  • “Modern Primitive” de Septic Flesh, aunque no me entusiasmaron tanto los últimos trabajos, su estilo sigue siendo una gran influencia para mí.

//sls

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