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Paul y Joni: soñamos con que la gente diga “esto suena a Gminis”

En la nueva generación de la música cubana se destacan los gemelos Yaisel y Yasiel Morejón Coffigny, originarios de Cárdenas, Matanzas. Con el nombre artístico de Paul y Joni, forman el dúo Gminis, cuya propuesta combina tradición coral, frescura urbana y un estilo que los distingue en la escena habanera.

Por: Alejandro Pérez Zerquera.

Paul y Joni, ustedes vienen de Cárdenas, Matanzas, y desde pequeños se vincularon al canto coral. ¿Cómo influyó esa formación temprana en la propuesta que defienden hoy?

Desde muy temprano el canto coral nos enseñó disciplina, oído, trabajo en equipo y, sobre todo, respeto por la música. Crecimos rodeados de armonías, aprendiendo a escuchar al otro para poder construir un sonido común. Esa base ha sido fundamental en la identidad de Gminis: somos un dúo que piensa en armonía, que respira junto y que busca la limpieza vocal como sello.

El coral también nos marcó con un amor profundo por la musicalidad cubana y por la belleza de las voces naturales, algo que tratamos de mantener incluso cuando exploramos géneros contemporáneos.

Antes de convertirse en el Dúo Gminis pasaron por proyectos artísticos muy diversos: coros, danza, actuación, incluso un cuarteto inspirado en Los Zafiros. ¿Qué aprendieron en ese recorrido previo?

Ese recorrido fue nuestra verdadera escuela. Cada proyecto nos aportó algo distinto: el coro nos dio técnica, la danza nos enseñó presencia escénica y control corporal, la actuación nos permitió comunicar desde la emoción, y el cuarteto inspirado en Los Zafiros nos despertó el amor por los clásicos cubanos y por la elegancia vocal. Haber pasado por tantas experiencias nos hizo entender que un artista completo necesita versatilidad.

Hoy Gminis existe gracias a esa mezcla: somos músicos, pero también performers, contamos historias, nos movemos, buscamos estética. Ese camino nos preparó para tener una identidad sólida.

Su entrada a La Habana marcó un giro importante. ¿Cuál ha sido el mayor reto al insertarse en la escena musical de la capital?

La Habana es un escenario enorme y exigente. Llegar aquí significó empezar desde cero, abrirnos paso en un espacio donde hay muchísimo talento y donde el público es muy crítico. El mayor reto ha sido demostrar quiénes somos sin perder nuestra esencia. Al principio fue difícil encontrar oportunidades, espacios, contactos… pero nos tocó crecer rápido, ajustar el sonido, profesionalizar la imagen y adaptarnos al ritmo de la ciudad. La Habana nos obligó a creernos artista y a luchar por cada paso, y eso nos hizo más fuertes.

Su música transita por géneros como pop, urbano, afrobeat, R&B y feeling. ¿Cómo definen la esencia sonora del dúo y cómo logran equilibrar tantas influencias?

Nuestra esencia es la fusión con identidad vocal. Nos gusta experimentar, pero siempre desde la elegancia vocal y el sello armónico que nos caracteriza. No vemos los géneros como fronteras, sino como colores que podemos combinar. El equilibrio viene de que nunca sacrificamos nuestra base: voces limpias, armonías trabajadas y una interpretación emocional. A eso le sumamos sonidos actuales —beats urbanos, texturas afro, toques de R&B— sin perder el sabor cubano que traemos de raíz, todo ésto no fuera posible sin nuestro productor Adrián Izaguirre que es una pieza clave en cada tema, se pudiera decir que somos un «dúo de tres”. Gminis suena a modernidad, pero también a tradición vista desde dos jóvenes que crecieron entre ambas realidades.

Muchos artistas cubanos jóvenes apuestan por la imagen tanto como por la música. En su caso, el baile y el modelaje forman parte del proyecto. ¿Cómo conciben esa integración de artes en su identidad artística?

Para nosotros la imagen no es un accesorio, es una extensión de la música. Venimos del mundo de la danza y del modelaje, y hemos aprendido que cada gesto, cada movimiento y cada visual comunica. Creemos en un arte integral: cantar, bailar, interpretar y proyectar. El público de hoy consume música con los ojos también, y Gminis quiere ofrecer una experiencia completa.

No buscamos ser solo un dúo vocal, sino un concepto artístico fuerte, donde el estilo, la elegancia, el cuerpo en escena y la estética urbana se unan de manera natural.

Recientemente recibieron el Premio de la Popularidad en Cuerda Viva y una nominación en los Premios Lucas por su videoclip Cupido. ¿Cómo sienten que estos reconocimientos han influido en la percepción del público y en su proyección como artistas?

Ha sido un impulso enorme. Estos premios nos hicieron entender que el público está conectando con lo que hacemos. La gente empezó a vernos ya no solo como “dos muchachos nuevos”, sino como un proyecto serio, con visión y con un sonido propio. Cupido nos abrió puertas, nos puso en el mapa y confirmó que estamos caminando en la dirección correcta.

También nos dio más responsabilidad: el cariño del público y el reconocimiento de la industria nos motivan a trabajar con más rigor, a cuidar cada detalle y a seguir creciendo.

Hacer música en Cuba implica desafíos logísticos, económicos y de promoción. ¿Cuál consideran que es el obstáculo más grande que han enfrentado en los últimos años?

El mayor obstáculo ha sido sostener el proyecto en medio de tantas limitaciones. Desde conseguir recursos para producir música o rodar videoclips, hasta poder promocionar nuestro trabajo con la calidad que queremos.

A veces las ideas son grandes, pero los medios son pocos, y nos toca ser creativos, autogestionarnos y aprender de todo: edición, redes, producción, diseño. Sin embargo, esas dificultades también nos han enseñado a valorar cada logro y a trabajar con pasión, también nos hemos encontrado en el camino personas que nos han mostrado su apoyo y se han sumado a nuestro proyecto, como por ejemplo nuestro diseñador Alain Versa. Nada nos lo han regalado, y eso nos da una fuerza especial.

Como dúo joven, con estética urbana y formación vocal sólida, ¿hacia dónde quieren llevar el proyecto en los próximos años? ¿Hay un sonido o una meta que les gustaría conquistar?

Queremos llevar a Gminis a un nivel internacional sin perder nuestras raíces. Nuestro sueño es construir un sonido que represente a la juventud cubana: moderno, fresco, elegante y con identidad. A futuro queremos seguir fusionando géneros, colaborar con artistas de dentro y fuera de Cuba, y crear un show en vivo que sea una experiencia visual y musical completa.

También queremos rescatar canciones clásicas de nuestra cultura y presentarlas en un lenguaje contemporáneo. La gran meta es que cuando la gente escuche una canción, diga: “Esto suena a Gminis”.

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