Por: César Gómez Chacón.
En los últimos años el sistema electro-energético cubano —como toda la economía nacional— ha sido seriamente dañado. Los constantes apagones (planificados e imprevistos), a veces de más de diez horas diarias, afectan duro la vida de las personas y el normal desarrollo del país.
No es retórica, es la brutal realidad: en el bloqueo económico, comercial y financiero y las medidas de su recrudecimiento hasta lo absurdo, implementadas por los sucesivos gobiernos norteamericanos de Donald Trump, Joe Biden, y nuevamente el orate de Trump, están la causas principales.
La imposibilidad de acceder a suministros estables de combustible y a la reparación y renovación de las viejas plantas productoras de electricidad, que funcionan al límite y sufren constantes averías, han agravado visiblemente la situación.
Entre las variantes para cambiar este panorama, para saltar nuevamente por encima del bloqueo yanqui, la dirección del país ha puesto sus fichas en el desarrollo urgente de las energías renovables, especialmente la solar.
El Presidente Miguel Díaz‑Canel Bermúdez hizo declaraciones claves el 29 de mayo de 2025 durante la emisión número 31 de su programa “Desde la Presidencia”, allí afirmó: “El Gobierno trabaja hoy con una prioridad por encima de todas las infinitas prioridades que tiene el Estado socialista… y esa prioridad es precisamente la solución de los problemas de la generación eléctrica”.
Con prisa y sin pausa
Los resultados comienzan a palparse a lo largo y ancho de todo el territorio nacional.
Varios parques solares ya están operativos en La Habana, Cienfuegos, Camagüey, Holguín, Artemisa, Matanzas, Villa Clara y Granma. A estos se sumarán más de 55 instalaciones durante 2025, dentro de un plan que contempla instalar hasta 92 parques para 2028 y alcanzar 2 000 MW de capacidad fotovoltaica.
Al inaugurar en marzo pasado los parques solares enseguida sincronizados al sistema nacional, el presidente Díaz‑Canel reconoció en su cuenta de X: “Es esta una gran noticia, fruto del esfuerzo de ingenieros, técnicos, obreros, de todo un pueblo puestos en función de una de las obras más importantes de los recientes años en Cuba.”
Actualmente, las fuentes renovables —principalmente la solar— aportan más de 333 MW al Sistema Eléctrico Nacional, suficientes para abastecer aproximadamente 300 000 viviendas durante las horas de mayor radiación. Además, los parques generan cerca de 2,5 GWh al día, lo que significa, en teoría, una reducción de unas dos horas y media de apagones diarios.
Una noticia de esta misma semana informa sobre la construcción de cinco nuevos parques solares en la provincia de Guantánamo. Dos de ellos se prevé que entren en funcionamiento antes de que termine el 2025. Ellos se suman a la capacidad ya existente en la provincia, que hoy cuenta con más de 15 MW. Además, hay más de 4 000 sistemas fotovoltaicos individuales en viviendas rurales de zonas remotas.
De tal forma, la estrategia impulsada por la más alta dirección del gobierno, para diversificar la matriz energética nacional, representa un componente central de la apuesta de Cuba por un sistema eléctrico más moderno, sostenible y resistente.
Traigamos a este contexto al gran trovador Silvio Rodríguez y aquella canción de apoyo a una (otra nuestra) causa revolucionaria: El tiempo está a favor de buenos sueños/ Y se pronuncia a golpes apurados…
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