
Por: Valia Rosa Marquínez Sam
Durante el XII Congreso Internacional de Diseño Forma 2025, el Doctor en Ciencias Ernesto Fernández Sánchez en su conferencia magistral “Pienso… luego IA” instó a repensar el modelo de formación en diseño ante el impacto disruptivo de la inteligencia artificial. Asegura que estamos ante un cambio de paradigma en la construcción del conocimiento y que las universidades deben prepararse para asumirlo con un enfoque crítico, ético y humanista.
En su intervención, el también Vice- Decano del Instituto Superior de Diseño (ISDI) lanzó una provocadora reflexión:
“Un cambio que se produzca en la manera de entender la construcción del conocimiento transforma a la humanidad toda”.
A partir de esta afirmación, planteó una serie de interrogantes urgentes: ¿Puede la inteligencia artificial provocar un cambio en el paradigma de la construcción del conocimiento? ¿Estamos preparados para enfrentar sus consecuencias en el desarrollo del pensamiento científico y en todas las ciencias modernas? ¿Tienen las universidades la velocidad suficiente para adaptarse a estas transformaciones?
“El verdadero rol de una escuela de diseño hoy es enseñar a pensar como diseñadores”
El académico insistió en que las escuelas de diseño no deben centrarse en enseñar a diseñar, sino en fomentar una manera de pensar.
“El error más grave que puede cometer una escuela de diseño hoy es creer que su papel es enseñar a diseñar. El verdadero rol es enseñar a nuestros estudiantes a pensar como diseñadores”, sentenció.
Esto implica formar profesionales con competencias lingüísticas, lógico-analíticas, tecnológicas, investigativas, psicológicas, económicas y estéticas, integradas en un enfoque cultural, social y ecológico. Fernández subrayó la importancia de que los diseñadores comprendan los códigos que comunican, evalúen con criterio científico y entiendan las problemáticas sociales desde una óptica sensible y contextual.
El Doctor insistió en que todo proyecto de diseño forma parte de un entramado simbólico y que no se puede desligar del contexto político, económico y cultural en el que se produce.
“Diseñamos para una Cuba atomizada, fracturada y en franca disputa sobre su modelo de sociedad”, aseguró, abogando por una práctica profesional emancipadora, incluyente y sostenible.
A su juicio, el diseño no debe reforzar la estratificación social, sino garantizar acceso equitativo a bienes y servicios de calidad.
Fernández abordó el papel de la inteligencia artificial en la formación de diseñadores, alertando sobre su potencial tanto constructivo como destructivo.
“Las inteligencias artificiales ya están aquí, llegaron para quedarse y para hacerlo de una manera disruptiva”, afirmó.
El reto no está en frenar su avance, sino en educar para que su uso sea crítico, responsable y constructivo. Propuso incorporarla activamente en el aula, desde la búsqueda de referentes visuales hasta la ingeniería de prompts, y diseñar sistemas de evaluación abiertos que incluyan su uso, siempre bajo un enfoque ético, cultural y humanista.
“Enseñemos a nuestros estudiantes a hacer ingeniería de prompt que sea portadora de nuestro enfoque social, cultural y ético”
La inteligencia artificial en el diseño no es neutra: puede ser un instrumento de dominación o una palanca para la liberación humana, según el uso que le demos. Para garantizar un diseño verdaderamente humano viable, ecológico, socialmente responsable y culturalmente arraigado. Debemos anteponer la reflexión ética a la tecnología, concluyó.
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