
Por: Boris Luis Leiva
Los Leones del Caribe se quedaron fuera de la Copa del Mundo 2026, con triple sede en México, Canadá y Estados Unidos. Se trataba del proceso eliminatorio más asequible en los últimos 20 años, por enfrentar en el grupo asignado a elencos de nivel inferior con una única excepción. Si bien Honduras partía como el gran favorito, los cubanos necesitaban sólo un empate ante Bermudas para sellar el acceso a la tercera ronda.
El estadio Antonio Maceo, cuartel en el que los nuestros fueron invictos durante dos temporadas, no fue suficiente inspiración para el triunfo. Nuevamente el plantel careció de eficiencia táctica para enlazar el mediocampo con la ofensiva.
Incluso, luego de la sensacional igualada mediante el gol de Jorge Aguirre, el entrenador Castillo reconfiguró el esquema de juego. Prefirió una defensa de tres y eliminó la creación de ataque que proponía Dairon Reyes. Justo después llegó el segundo gol en contra, que arrastró consigo el fracaso total del proceso.
Cuba descendió al nivel B en la Liga de Naciones, quedó eliminada de la Copa Oro 2025 y del Mundial 2026, resultados que borraron cualquier célula de credibilidad en una dirección técnica que no encontró un método adecuado, para materializar los sueños de sus pupilos.